El 25 de julio se celebra la fiesta del apóstol Santiago. En la foto de arriba se recogen los caminos que llevan hasta su tumba en Galicia, aunque el más famoso es el que va desde Roncesvalles hasta Santiago de Compostela.
Les propongo una poesía de Jesús Mauleón que nos ayuda a orar en esta fiesta a la luz del evangelio del día.
A mis buenos compañeros
mi madre ha puesto nerviosos.
También ellos, ambiciosos,
querrían ser los primeros.
Dame la gracias, Señor,
de vivir en el servicio.
Líbrame, Señor, del vicio
de querer ser el mayor.
Para tus pasos seguir
enséñame a comprender
que siempre el mayor poder
es el poder de servir.
Valga de lección, Señor,
para nuestros sucesores:
que pongan ser servidores
delante de todo honor.
Seguirte a ti hasta la muerte
no es hacer una carrera,
sino dar la vida entera
y correr tu misma suerte.
¿Príncipes o principales?
Nunca. Que nuestro deber
es el oficio de ser
testigos tuyos cabales.
Quiero en la carga y el cargo
sufrir y morir de amor,
y si tú quieres, Señor,
beber tu cáliz amargo.
Este es el himno de laudes, que celebra a Santiago peregrino:
Al celebrar tu memoria,
santo apóstol peregrino,
guíanos por el camino
al Pórtico de la Gloria.
Camino de Compostela,
va un romero caminando
y es el camino de estrellas
polvareda de sus pasos.
En el pecho las vieiras,
y el alto bordón en la mano,
sembrando por la vereda
las canciones y los salmos.
Llévale, romerico,
llévale a Santiago,
llévale, romerico,
llévale un abrazo.
Llegó al corazón de España
por el monte y por el llano;
en los anchos horizontes
cielo y tierra se abrazaron.
Sube hasta el monte del Gozo
y allí, de hinojos postrado,
las altas torres de ensueño
casi toca con las manos.
Llévale, romerico,
llévale a Santiago,
llévale, romerico,
llévale un abrazo.
Romeros, solo romeros,
dile que peregrinamos
con la mirada en el cielo
desde la aurora al ocaso.
Camino de Compostela,
todos los hombres, hermanos,
construyendo un mundo nuevo
en el amor cimentado.
Llévale, romerico,
llévale a Santiago,
llévale, romerico,
llévale un abrazo.
Ven, Santiago, con nosotros,
que tu bordón es un báculo,
el cayado del pastor
para guiar el rebaño.
¡Santo apóstol peregrino,
llévanos tú de la mano
para ir contigo hasta Cristo,
Santiago el Mayor, Santiago!
Llévale, romerico,
llévale a Santiago,
llévale, romerico,
llévale un abrazo.
El himno que tradicionalmente se canta en su día tiene letra de Juan Barcia Caballero. Dice así:
Santo Adalid, patrón de las Españas,
amigo del Señor:
defiende a tus discípulos queridos,
protege a tu nación.
Las armas victoriosas del cristiano
venimos a templar
en el sagrado y encendido fuego
de tu devoto altar.
Firme y segura, como aquella columna
que te entregó la Madre de Jesús;
será en España la santa fe cristiana,
bien celestial que nos legaste tú.
¡Gloria a Santiago,
patrón insigne!
Gratos tus hijos
hoy te bendicen.
A tus plantas postrados te ofrecemos
la prenda más cordial de nuestro amor.
Defiende a tus discípulos queridos,
protege a tu nación.
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