Esta tarde inicia el nuevo año judío, el 5.782 desde la creación del mundo. La Biblia dice que el año comienza con la primavera; en concreto en Pascua, el 15 del mes hebreo de Nisán, que cae entre marzo y abril (cf. Éx 12,2). El brotar de las flores y de los árboles sería un recordatorio perpetuo de la creación del mundo.
A los seis meses se tenían las fiestas de otoño y el inicio del año laboral, el día de "Rosh Hashaná". No tiene que extrañarnos que no coincidiera el inicio del año civil y el inicio del año laboral. En nuestros días, en los países del Mediterráneo el año civil empieza el 1 de enero, pero el año religioso comienza a finales de noviembre o principios de diciembre, con la llegada de Adviento. Por su parte, el curso escolar y el año laboral comienzan en septiembre (de hecho, hay ceremonias de inicio del curso, del año judicial, del año parlamentario, etc.). Estos días los niños y los jóvenes están empezando el nuevo curso en Europa. No sucede lo mismo en Centro América o en el hemisferio Sur.
Con el paso del tiempo, la Pascua conservó sus referencias a la creación del mundo, a la alianza con Abrahán, a la salida de la esclavitud de Egipto guiados por Moisés y a la espera del Mesías; pero el día del inicio del año civil se trasladó a la fiesta de "Rosh Hashaná".
De manera que los judíos contemporáneos celebran mañana (el día empieza para ellos esta tarde) el inicio del año 5.782 desde la creación del mundo, según sus cálculos.
Además de rezar oraciones especiales y de encender algunas velas, tocarán el cuerno de carnero (el "sofar"), tal como pueden escuchar en el vídeo, y comerán manzanas con miel, como deseo de que el nuevo año sea dulce.
Los días del arrepentimiento. La tradición judía dice que mañana Dios juzgará a los hombres de las obras que han realizado en el año anterior. A los que son malos de verdad los apunta en un libro, el de los que serán condenados a la muerte eterna. A los que son buenos de verdad los apunta en otro libro, el de los que serán resucitados para la vida eterna.
A los que no somos ni malos del todo ni buenos del todo nos da la oportunidad de ser juzgados dentro de 10 días, en la fiesta del "Yom Kipur", o de la expiación.
Por eso, los judíos comienzan hoy una especie de “Cuaresma” de 10 días, en la que se dedican a la oración, la limosna, el ayuno y la penitencia.
En estos días van a las orillas del mar, de un río o de una fuente y recitan las oraciones de "Taslij" o del “arrojar”, porque se arrojan los pecados al agua, para empezar el año nuevo en gracia de Dios, mientras dicen: “No hay un Dios como Tú, que perdonas la maldad e ignoras el pecado del resto de tu pueblo escogido. No conservas tu enojo para siempre, porque eres benevolente. De nuevo mostrarás compasión y arrojarás todos nuestros pecados en las profundidades del mar”. También vacían los bolsillos y mueven la ropa, como manifestación de que se quieren arrojar los pecados y quedar limpios.
"Yom Kipur" (Día de la expiación). Nueve días después del año nuevo se hace una merienda festiva, con abundancia de manjares. Esa noche se hace el rito de anulación de los votos y promesas que se hicieron durante el año anterior, para que no tengan efecto si alguno no se cumplió. Al día siguiente se ayuna y se ora durante toda la jornada.
Los sabios judíos dicen que en "Yom Kipur", los hebreos deben abstenerse de comer, beber, lavar y perfumar el cuerpo, usar zapatos de cuero y tener relaciones sexuales. El día termina orando por los difuntos y repitiendo siete veces la frase del profeta Elías: “El Señor es el único Dios”.
En los tiempos bíblicos, se confesaban los pecados de cada familia sobre un cordero, que después era soltado en el desierto, con la esperanza de que se llevara con él los pecados del pueblo. Después, el sumo sacerdote entraba en el Santo de los Santos del templo de Jerusalén y pronunciaba por tres veces el nombre de Dios (YHWH, que se lee Yavé), bendiciendo al pueblo.
Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein) nació un día de "Yom Kipur", que ese año cayó el 12 de octubre de 1891. Así describe ella la fiesta: “Una vez al año, en el día más grande y más santo del año, el día de la reconciliación, entraba el sumo sacerdote al Santo de los Santos, a la presencia del Señor, para orar por sí mismo, por su casa y por todo el pueblo de Israel, para asperjar el trono de gracia con la sangre del macho cabrío sacrificado, purificando así el santuario de sus propios pecados y de los de su casa y de las impurezas de los hijos de Israel y de sus transgresiones y de todos sus pecados”. Toda su vida consideró una señal la fecha de su nacimiento, convencida de que habría de marcar el desarrollo de su destino.
Los días del arrepentimiento. La tradición judía dice que mañana Dios juzgará a los hombres de las obras que han realizado en el año anterior. A los que son malos de verdad los apunta en un libro, el de los que serán condenados a la muerte eterna. A los que son buenos de verdad los apunta en otro libro, el de los que serán resucitados para la vida eterna.
A los que no somos ni malos del todo ni buenos del todo nos da la oportunidad de ser juzgados dentro de 10 días, en la fiesta del "Yom Kipur", o de la expiación.
Por eso, los judíos comienzan hoy una especie de “Cuaresma” de 10 días, en la que se dedican a la oración, la limosna, el ayuno y la penitencia.
En estos días van a las orillas del mar, de un río o de una fuente y recitan las oraciones de "Taslij" o del “arrojar”, porque se arrojan los pecados al agua, para empezar el año nuevo en gracia de Dios, mientras dicen: “No hay un Dios como Tú, que perdonas la maldad e ignoras el pecado del resto de tu pueblo escogido. No conservas tu enojo para siempre, porque eres benevolente. De nuevo mostrarás compasión y arrojarás todos nuestros pecados en las profundidades del mar”. También vacían los bolsillos y mueven la ropa, como manifestación de que se quieren arrojar los pecados y quedar limpios.
"Yom Kipur" (Día de la expiación). Nueve días después del año nuevo se hace una merienda festiva, con abundancia de manjares. Esa noche se hace el rito de anulación de los votos y promesas que se hicieron durante el año anterior, para que no tengan efecto si alguno no se cumplió. Al día siguiente se ayuna y se ora durante toda la jornada.
Los sabios judíos dicen que en "Yom Kipur", los hebreos deben abstenerse de comer, beber, lavar y perfumar el cuerpo, usar zapatos de cuero y tener relaciones sexuales. El día termina orando por los difuntos y repitiendo siete veces la frase del profeta Elías: “El Señor es el único Dios”.
En los tiempos bíblicos, se confesaban los pecados de cada familia sobre un cordero, que después era soltado en el desierto, con la esperanza de que se llevara con él los pecados del pueblo. Después, el sumo sacerdote entraba en el Santo de los Santos del templo de Jerusalén y pronunciaba por tres veces el nombre de Dios (YHWH, que se lee Yavé), bendiciendo al pueblo.
Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein) nació un día de "Yom Kipur", que ese año cayó el 12 de octubre de 1891. Así describe ella la fiesta: “Una vez al año, en el día más grande y más santo del año, el día de la reconciliación, entraba el sumo sacerdote al Santo de los Santos, a la presencia del Señor, para orar por sí mismo, por su casa y por todo el pueblo de Israel, para asperjar el trono de gracia con la sangre del macho cabrío sacrificado, purificando así el santuario de sus propios pecados y de los de su casa y de las impurezas de los hijos de Israel y de sus transgresiones y de todos sus pecados”. Toda su vida consideró una señal la fecha de su nacimiento, convencida de que habría de marcar el desarrollo de su destino.
Si no se les abre el vídeo en la entrada, pueden verlo en esta dirección:
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