Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

viernes, 28 de agosto de 2020

Material sobre san Agustín


Hoy, 28 de agosto, se celebra la fiesta de san Agustín (354-430). De él se ha escrito que es "el más genial y completo de los Padres de la Iglesia y uno de los hombres más extraordinarios de la humanidad"; "el más profundo pensador entre todos los escritores del mundo antiguo"; "el genio metafísico más portentoso que han visto los tiempos", etc.

He hablado de él en otras ocasiones. Les propongo cuatro entradas para conocerle mejor. Pueden acceder a ellas haciendo un click sobre los títulos:

- San Agustín de Hipona. Presentación de su persona y unos párrafos de Benedicto XVI sobre su influencia en la cultura occidental. En sus escritos nos ofrece un precioso testimonio de la dramática lucha que se da en su persona entre lo humano y lo divino, entre la libertad y la gracia, entre los deseos de la carne y el anhelo del espíritu. Comentó todos los libros de la Biblia, escribió sobre Dios y su Providencia, sobre la libertad y la gracia, sobre la fe y la justificación, sobre las leyes y el estado... con un lenguaje apasionado y conmovedor.

- Tarde te amé, texto de san Agustín y canción. Uno de los textos más conocidos de san Agustín es el que dice: «¡Tarde te amé, Hermosura tan antigua y tan nueva...» Aquí se lo ofrezco. Además, les propongo una paráfrasis del texto de san Agustín preciosamente cantada. A santa Teresa de Jesús le ayudó mucho y lo cita en varias ocasiones, como cuando dice: "Ya sabéis que Dios está en todas partes. Pues claro está que adonde está el rey, allí está la corte. En fin, que adonde está Dios, es el cielo. Sin duda lo podéis creer que adonde está Su Majestad está toda la gloria. Pues mirad que dice san Agustín que le buscaba en muchas partes y que le vino a hallar dentro de sí mismo..."

- El Amante, el Amado y el Amor. Breve reflexión a partir de unas palabras de san Agustín sobre la Santísima Trinidad. Desde antes del tiempo, Dios Padre genera y ama a su Hijo. Desde antes del tiempo, el Hijo devuelve al Padre la vida y el amor que de Él recibe. Desde antes del tiempo, el Espíritu Santo es el amor y la vida que el Padre da al Hijo y el Hijo devuelve al Padre. Esto sucede desde siempre y para siempre. Por eso, el nombre propio del Espíritu Santo es "Don". Dios es donación, entrega, acogida, comunidad, fiesta, porque Dios es amor.

La conversión de san Agustín. Escrito del beato John Henry Newman (1801-1890) sobre la conversión de san Agustín (y la nuestra): "Permitidme hablaros de una señalada conquista de la gracia divina en edad tardía, y apreciaréis cómo hace Dios un confesor, un santo y doctor de su Iglesia a partir del pecado y la herejía juntos. No bastaba que el padre de las escuelas cristianas de Occidente, autor de mil obras y campeón de la gracia fuera un pobre esclavo de la carne, sino que era también víctima de un intelecto equivocado. El mismo que por encima de otros iba a exaltar la gracia de Dios experimentó como pocos la impotencia de la naturaleza..."

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