El 8 de marzo es una jornada dedicada a reivindicar los derechos de las mujeres. Hemos avanzado mucho en materia de igualdad de derechos y oportunidades para todos, pero tenemos que seguir mejorando. Por desgracia, en distintos lugares del planeta siguen existiendo discriminaciones de muchos tipos hacia las mujeres. También hacia otros colectivos, pero hoy se trata de tomar conciencia de uno concreto.
Es cierto que hay feministas violentas, que usan un lenguaje soez y aprovechan la ocasión para otras cosas, que siembran odio hacia quienes no piensan como ellas... Eso lleva a algunos a descalificar a todas las feministas, lo que es absurdo.
También es cierto que algunos venezolanos o colombianos o españoles o italianos son criminales o mentirosos o ladrones, pero eso no justifica que se acuse de lo mismo a todos los habitantes de esos países.
Hemos de ser consciente de que no hay un único tipo de feminismo, sino que este concepto reúne una gran variedad de sensibilidades y de opciones socio-políticas. Por eso, no se pueden aceptar ni rechazar todos los postulados feministas, sin aclarar a qué se refieren en cada caso.
Por ejemplo, a finales del siglo XIX se usaba el término "feminista" identificándolo con "afeminado". Cuando la palabra fue asumida por la real academia de la lengua española (ya en el siglo XX), fue definida como «doctrina social favorable a la mujer, a quien concede capacidad y derechos reservados hasta ahora solo a los varones». Cien años después, el diccionario de la RAE lo define así: «Principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre».
En nuestros días, para la mayoría el feminismo se refiere a la búsqueda de una igualdad real de oportunidades para todos, rechazando cualquier discriminación de las mujeres por causa de su sexo. Eso es positivo y creo que todas las personas de buena voluntad deben asumirlo y favorecerlo.
Pero también hay grupos feministas que promueven la violencia hacia los varones o incluso cosas peores. Como es natural, estas posturas no pueden ser aceptadas ni agradan a todo el mundo.
Siendo conscientes de que con una única palabra ("feminismo") se puede hacer referencia a realidades muy distintas entre sí, hemos de acoger lo esencial del término, que es promover la igualdad de derechos y oportunidades para todos.
Por lo tanto, pienso que tenemos que apoyar a quienes reivindican una mayor igualdad de oportunidades y a quienes denuncian que sus derechos no son respetados, comprometiéndonos todos a trabajar para crear un mundo más justo y solidario.
Mensaje del papa Francisco: «Hoy, 8 de marzo, un saludo a todas las mujeres. Todas las mujeres que cada día tratan de construir una sociedad más humana y acogedora. Y también un gracias fraterno a las que de mil modos testimonian el evangelio y trabajan en la Iglesia. Y esta es para nosotros una ocasión para reafirmar la importancia y la necesidad de su presencia en la vida. Un mundo donde las mujeres son marginadas es un mundo estéril, porque las mujeres no solo traen la vida sino que también nos transmiten la capacidad de ver más allá —ven más allá de ellas—, nos transmiten la capacidad de comprender el mundo con ojos diversos, de sentir las cosas con corazón más creativo, más paciente, más tierno».
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