El actual leccionario dominical tiene tres ciclos de lecturas:
- Un año se lee el evangelio según san Mateo (ciclo a).
- Otro año se lee el evangelio según san Marcos (ciclo b).
El evangelio de san Juan se lee cada año en las grandes fiestas de Navidad y Pascua y en algunos domingos de los otros ciclos, especialmente el año de san Marcos, que al ser el más corto no da para todo el año.
El primero (ciclo a) propone un itinerario bautismal para los domingos de Cuaresma. Está organizado con los evangelios que la Iglesia primitiva utilizaba en la preparación de los catecúmenos:
- Primer domingo: las tentaciones del Señor en la versión de Mateo
- Segundo domingo: la transfiguración en la versión de Mateo
- Tercer domingo: la samaritana
- Cuarto domingo: el ciego de nacimiento
- Quinto domingo: la resurrección de Lázaro
- Sexto domingo (Domingo de Ramos): la entrada de Jesús en Jerusalén y su pasión en la versión de Mateo
El segundo (ciclo b) propone el camino pascual de Cristo:
- Primer domingo: las tentaciones del Señor en la versión de Marcos
- Segundo domingo: la transfiguración en la versión de Marcos
- Tercer domingo: el templo destruido y reedificado es el cuerpo de Jesús
- Cuarto domingo: Dios ha mandado a su Hijo para salvar al mundo
- Quinto domingo: el grano de trigo muere para dar fruto abundante
- Sexto domingo (Domingo de Ramos): la entrada de Jesús en Jerusalén y su pasión en la versión de Marcos
El tercero (ciclo c, este año), por su parte, expone la llamada a la conversión para todos los cristianos:
- Primer domingo: las tentaciones del Señor en la versión de Lucas
- Segundo domingo: la transfiguración en la versión de Lucas
- Tercer domingo: convertirse o perecer
- Cuarto domingo: el hijo pródigo
- Quinto domingo: la adúltera perdonada
- Sexto domingo (Domingo de Ramos): la entrada de Jesús en Jerusalén y su pasión en la versión de Lucas
Las primeras lecturas de los domingos presentan las principales etapas de la historia de la salvación, mostrándonos que la revelación es la realización progresiva de un proyecto eterno de Dios, desarrollado en el tiempo, que se dirige hacia Cristo y culmina en él.
Dios se revela según un proyecto, en el que cada intervención de Dios presupone las anteriores y prepara las siguientes, en una tensión hacia su realización definitiva, de la que cada etapa es anuncio, prefiguración y promesa.
Por eso, el Antiguo Testamento nos ayuda a comprender el misterio del Nuevo. Al mismo tiempo, solo la luz de Cristo permite comprender el mensaje del Antiguo Testamento. Se reparten así:
Ciclo a:
- Primer domingo: creación y caída de los primeros padres
- Segundo domingo: vocación de Abrahán
- Tercer domingo: liberación de la esclavitud de Egipto y camino de Israel por el desierto
- Cuarto domingo: unción del rey David
- Quinto domingo: promesa de la nueva alianza
- Sexto domingo (Domingo de Ramos): el siervo de Yahvé
Ciclo b:
- Primer domingo: diluvio y alianza con Noé
- Segundo domingo: sacrificio de Abrahán, padre de la fe
- Tercer domingo: alianza de Dios con Moisés, en el Sinaí
- Cuarto domingo: destierro y liberación del exilio
- Quinto domingo: la nueva alianza
- Sexto domingo (Domingo de Ramos): el siervo de Yahvé
Ciclo c:
- Primer domingo: orígenes de Israel
- Segundo domingo: alianza con Abrahán
- Tercer domingo: vocación de Moisés
- Cuarto domingo: la Pascua celebrada en la tierra prometida
- Quinto domingo: promesa de renovación
- Sexto domingo (Domingo de Ramos): el siervo de Yahvé
Las segundas lecturas están tomadas de las cartas de san Pablo, y sirven para iluminar los temas del día con reflexiones del apóstol.
En lugar del aleluya se canta otro tipo de aclamación antes del evangelio.
Tal como hemos dicho, este año (Ciclo c) las lecturas de las misas de los domingos son una llamada a la conversión.
Dios nos invita a convertirnos por medio de los profetas: «Convertíos a mí de todo corazón» (Jl 2,12), de Cristo: «El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios está llegando. Convertíos y creed el evangelio» (Mc 1,15) y de San Pablo: «En el nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios» (2Cor 5,20).
Al hablar de «conversión», el Nuevo Testamento usa la palabra «metanoia». En el griego clásico se utilizaba para señalar que alguien que seguía un camino equivocado, vuelve atrás y emprende el correcto. Por eso, terminó significando «cambiar de opinión, arrepentirse».
En la Biblia, la «conversión» indica una verdadera transformación, que conlleva una nueva manera de actuar, tal como pide san Pablo: «No os acomodéis al mundo presente, antes bien transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios» (Rom 12,2). Se trata de cambiar la vida, tomando a Jesús como modelo, de abandonar al hombre viejo para revestirse del nuevo (cf. Col 3,9-10).
Por otro lado, los evangelios de los días feriales exponen los grandes temas cuaresmales: la llamada a la conversión, el amor al prójimo, el perdón de los pecados y la pasión de Cristo. Las dos últimas semanas, según una antigua tradición, se toman de san Juan, de los capítulos que anuncian la muerte salvadora de Jesús.
Las primeras lecturas de los días feriales están escogidas en referencia a los evangelios, para ayudarnos a comprenderlos mejor.
El primero (ciclo a) propone un itinerario bautismal para los domingos de Cuaresma. Está organizado con los evangelios que la Iglesia primitiva utilizaba en la preparación de los catecúmenos:
- Primer domingo: las tentaciones del Señor en la versión de Mateo
- Segundo domingo: la transfiguración en la versión de Mateo
- Tercer domingo: la samaritana
- Cuarto domingo: el ciego de nacimiento
- Quinto domingo: la resurrección de Lázaro
- Sexto domingo (Domingo de Ramos): la entrada de Jesús en Jerusalén y su pasión en la versión de Mateo
El segundo (ciclo b) propone el camino pascual de Cristo:
- Primer domingo: las tentaciones del Señor en la versión de Marcos
- Segundo domingo: la transfiguración en la versión de Marcos
- Tercer domingo: el templo destruido y reedificado es el cuerpo de Jesús
- Cuarto domingo: Dios ha mandado a su Hijo para salvar al mundo
- Quinto domingo: el grano de trigo muere para dar fruto abundante
- Sexto domingo (Domingo de Ramos): la entrada de Jesús en Jerusalén y su pasión en la versión de Marcos
El tercero (ciclo c, este año), por su parte, expone la llamada a la conversión para todos los cristianos:
- Primer domingo: las tentaciones del Señor en la versión de Lucas
- Segundo domingo: la transfiguración en la versión de Lucas
- Tercer domingo: convertirse o perecer
- Cuarto domingo: el hijo pródigo
- Quinto domingo: la adúltera perdonada
- Sexto domingo (Domingo de Ramos): la entrada de Jesús en Jerusalén y su pasión en la versión de Lucas
Las primeras lecturas de los domingos presentan las principales etapas de la historia de la salvación, mostrándonos que la revelación es la realización progresiva de un proyecto eterno de Dios, desarrollado en el tiempo, que se dirige hacia Cristo y culmina en él.
Dios se revela según un proyecto, en el que cada intervención de Dios presupone las anteriores y prepara las siguientes, en una tensión hacia su realización definitiva, de la que cada etapa es anuncio, prefiguración y promesa.
Por eso, el Antiguo Testamento nos ayuda a comprender el misterio del Nuevo. Al mismo tiempo, solo la luz de Cristo permite comprender el mensaje del Antiguo Testamento. Se reparten así:
Ciclo a:
- Primer domingo: creación y caída de los primeros padres
- Segundo domingo: vocación de Abrahán
- Tercer domingo: liberación de la esclavitud de Egipto y camino de Israel por el desierto
- Cuarto domingo: unción del rey David
- Quinto domingo: promesa de la nueva alianza
- Sexto domingo (Domingo de Ramos): el siervo de Yahvé
Ciclo b:
- Primer domingo: diluvio y alianza con Noé
- Segundo domingo: sacrificio de Abrahán, padre de la fe
- Tercer domingo: alianza de Dios con Moisés, en el Sinaí
- Cuarto domingo: destierro y liberación del exilio
- Quinto domingo: la nueva alianza
- Sexto domingo (Domingo de Ramos): el siervo de Yahvé
Ciclo c:
- Primer domingo: orígenes de Israel
- Segundo domingo: alianza con Abrahán
- Tercer domingo: vocación de Moisés
- Cuarto domingo: la Pascua celebrada en la tierra prometida
- Quinto domingo: promesa de renovación
- Sexto domingo (Domingo de Ramos): el siervo de Yahvé
Las segundas lecturas están tomadas de las cartas de san Pablo, y sirven para iluminar los temas del día con reflexiones del apóstol.
En lugar del aleluya se canta otro tipo de aclamación antes del evangelio.
Tal como hemos dicho, este año (Ciclo c) las lecturas de las misas de los domingos son una llamada a la conversión.
Dios nos invita a convertirnos por medio de los profetas: «Convertíos a mí de todo corazón» (Jl 2,12), de Cristo: «El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios está llegando. Convertíos y creed el evangelio» (Mc 1,15) y de San Pablo: «En el nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios» (2Cor 5,20).
Al hablar de «conversión», el Nuevo Testamento usa la palabra «metanoia». En el griego clásico se utilizaba para señalar que alguien que seguía un camino equivocado, vuelve atrás y emprende el correcto. Por eso, terminó significando «cambiar de opinión, arrepentirse».
En la Biblia, la «conversión» indica una verdadera transformación, que conlleva una nueva manera de actuar, tal como pide san Pablo: «No os acomodéis al mundo presente, antes bien transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios» (Rom 12,2). Se trata de cambiar la vida, tomando a Jesús como modelo, de abandonar al hombre viejo para revestirse del nuevo (cf. Col 3,9-10).
Por otro lado, los evangelios de los días feriales exponen los grandes temas cuaresmales: la llamada a la conversión, el amor al prójimo, el perdón de los pecados y la pasión de Cristo. Las dos últimas semanas, según una antigua tradición, se toman de san Juan, de los capítulos que anuncian la muerte salvadora de Jesús.
Las primeras lecturas de los días feriales están escogidas en referencia a los evangelios, para ayudarnos a comprenderlos mejor.
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