Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

miércoles, 19 de junio de 2019

Troya (Turquía)


TROYA de Anatolia es la ciudad donde se desarrolló la mítica guerra de Troya, causada por el rapto de Helena de Esparta a manos del príncipe troyano Paris. 


Esta guerra es el eje central de la épica grecolatina, narrada por numerosos poetas, entre los que destaca Homero, con la Ilíada y la Odisea


Heródoto y otros historiadores antiguos consideraban dicha guerra como la causa originaria de las enemistades entre persas y griegos.


Según la mitología griega, Urano (el cielo) era esposo de Gea (la tierra). De su unión nació la primera generación de titanes, así como los ancestros de la mayoría de los dioses griegos. Pero Urano retenía a sus hijos en el seno de su madre, sin dejarlos salir a la luz. Gea talló una hoz de pedernal y pidió ayuda a sus hijos para castrar a su padre. Crono (el tiempo), el menor de ellos, lo hizo cuando Urano yacía con su madre y arrojó los genitales al mar. 


Así nació Afrodita (diosa de la belleza y el amor, la Venus romana) y Crono ocupó el trono de su padre, casándose con su hermana Rea (la luna, la Magna Mater romana, la Cibeles frigia), pero Urano vaticinó que un hijo de Crono lo destronaría.


Crono intentó evitar su destino, devorando a sus descendientes. Cuando nació Zeus (el Júpiter romano, Amón egipcio, Baal cananeo), su madre dio a Crono una piedra envuelta en pañales, que aquel se tragó; y ella escondió al niño en Creta, donde fue criado por una cabra. Cuando se hizo mayor, Zeus abrió el estómago de su padre y sacó de allí a sus hermanos, convirtiéndose en el rey de los dioses. Su esposa legítima era Hera (la Juno romana, diosa del matrimonio y de los celos), aunque tuvo hijos con muchas diosas y mortales.


Zeus organizó un banquete al que no invitó a Eris, la diosa de la discordia, que acudió igualmente a la fiesta con una manzana dorada en la que estaba escrito «para la más bella». Tres diosas reclamaron la manzana para sí: Hera, Atenea y Afrodita. 


Para evitar el enfrentamiento entre dioses, Zeus decidió que Paris de Troya decidiese quién debía ser la legítima propietaria de la manzana. Cada una de las diosas ofreció a Paris un regalo: Hera le otorgaría el gobierno de toda Asia y ser el hombre más rico, Atenea la victoria de todos sus combates y Afrodita le prometió el amor de la mujer más hermosa del mundo. Paris eligió a Afrodita.


La mujer más bella del mundo era Helena, hija de Zeus y de la mortal Leda. Tenía muchos pretendientes, pero su padre no se atrevía a elegir uno por miedo a que los otros tomasen represalias. Finalmente, Odiseo de Ítaca (Ulises) propuso un plan: hizo prometer a todos los príncipes que aceptarían el matrimonio de Helena con quien ella eligiese. Ella eligió a Menelao de Esparta.


Enviado a hacer tratos diplomáticos a Esparta, Paris de Troya se enamoró de Helena y la sedujo y raptó con ayuda de la diosa Afrodita, que así cumplía su juramento. Todos los reyes y príncipes de Grecia fueron llamados a cumplir su pacto y recuperarla. Así comenzó la guerra de Troya.


Después de 10 años de asedio, los griegos inventaron la treta del caballo gigante, con los soldados escondidos en su interior, presentado como un regalo para la diosa Atenea. Los troyanos lo introdujeron en la ciudad e hicieron fiesta. Por la noche, mientras los troyanos estaban borrachos, los griegos salieron del estómago del caballo y abrieron las puertas de la ciudad a sus compañeros, que asolaron la ciudad. 


De ahí viene la expresión: Timeo Danaos et dona ferentes («Temo a los griegos incluso cuando traen regalos»), para indicar que no hay que fiarse de los enemigos, aunque escondan sus intenciones. La Ilíada narra los acontecimientos del décimo año de guerra.

Los troyanos supervivientes fundaron Cartago, las ciudades de Sicilia y son también los antepasados de Rómulo y Remo, fundadores de Roma. 

La Odisea cuenta el viaje de regreso de Ulises a su hogar, que le llevó otros 10 años, en los que tuvo que superar con su astucia todo tipo de pruebas. En realidad ese viaje es la imagen del proceso del ser humano para conocerse a sí mismo y desarrollar sus capacidades. Es el relato de viajes más antiguo que ha llegado completo hasta nosotros, con una estructura narrativa muy compleja, que sirvió de modelo para numerosas obras posteriores.


Se consideraba la ciudad como una invención de los poetas, pero en el siglo XIX se encontraron sus ruinas (en realidad, las de diez ciudades superpuestas a lo largo de los siglos).

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