martes, 24 de marzo de 2020
Lo poquito que puedo y es en mí
En una crisis sin precedentes cercanos, la preocupación y la inquietud se apoderan de gran parte de la sociedad española. Y candentes preguntas se agolpan en nuestras mentes de sociedad acomodada y, ahora, desbordada: ¿qué va a pasar? ¿cuánto durará esta situación? ¿está actuando bien el Gobierno? ¿me tocará la enfermedad a mí o a alguno de los míos? Y, sobre todo, una gran cuestión ¿qué debo hacer yo en esta hora?
Permita el amable lector que acuda nada menos que a un clásico, a una doctora de la Iglesia, para responder este interrogante. A santa Teresa de Jesús.
Conviene ponernos en el contexto del siglo XVI, donde la «salud del alma» se tenía en más consideración, en cualquier nación, que la salud física. Pues bien, a la santa de Ávila fueron a preguntarle a su convento de carmelitas descalzas por la catástrofe que para la Iglesia había supuesto la reforma protestante y qué medidas pensaba tomar.
Teresa no se puso a gritar contra el mundo, no condenó a nadie, ni clamó que todo estaba perdido, ni soñó con utópicas soluciones. Comentó sencillamente: «Haré aquello poquito que puedo y es en mí, que es seguir los consejos evangélicos con toda la perfección que yo pudiese y procurar que estas poquitas que están aquí hagan lo mismo».
Cumplir bien en la parcela de cada uno y procurar que los que de ti dependen lo hagan también. En esta hora, para muchas personas, lo que de ellas se espera es que cumplan la orden de permanecer en cuarentena, con sus mayores o pequeños, y con las normas de higiene.
En esta crisis del coronavirus Covid-19 cada uno tiene que dar la mejor versión de sí, en la parcela que le haya correspondido de responsabilidad. Con hacer cada uno bien su trabajo, desde el más sencillo hasta las más altas instancias, habremos ganado.
Escrito por Juan José Primo Jurado y publicado en el ABC de ayer.
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