martes, 5 de junio de 2018
Orando junto al lago de Tiberíades
Al lago de Tiberíades, de Genesaret o mar de Galilea, los israelíes lo denominan lago «Kinneret». Es la principal reserva de agua dulce de la zona, de la que se abastece todo el país. Mide 22 km. de largo por 14 km. de ancho, y está a 210 m. bajo el nivel del mar.
Las fotos fueron tomadas por Frederik Takkenberg durante nuestra peregrinación del año pasado.
Toma el nombre de la ciudad de Tiberíades, que fue construida por Herodes Antipas en honor del emperador Tiberio. Es famosa por sus aguas termales y balnearios. Allí se encuentra la tumba del filósofo judío Maimónides (nacido en España en 1135).
A orillas del lago se encuentran Cafarnaúm (casa de san Pedro), Betsáida, Corazaín, el monte de las bienaventuranzas, Tabgha (lugar de la multiplicación de los panes y los peces) y Magdala (pueblo de santa María Magdalena), así como la Iglesia del Primado (apariciones del Señor resucitado, pesca milagrosa y encargo del Señor a Pedro de apacentar su rebaño). Al otro lado del lago se encuentran Gerasa (donde Jesús curó al endemoniado que vivía en el cementerio) y la Decápolis (donde curó al sordomudo y tuvo lugar la segunda multiplicación de los panes).
Jesús lo atravesó muchas veces. En una ocasión calmó una tempestad y en otra caminó sobre sus aguas. Casi toda la vida pública de Jesús transcurrió en sus orillas.
† Oración. Señor Jesús, que enseñaste a los ministros de tu Iglesia a servir a los hermanos y no a ser servidos, te rogamos que les concedas disponibilidad para la acción, humildad en el servicio y perseverancia en la oración. Tú que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo, y eres Dios por los siglos de los siglos. Amén.
† De la primera carta a Timoteo (2,1s). Recomiendo que se hagan plegarias, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres. Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro Salvador, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. Orad en todo lugar elevando hacia el cielo unas manos piadosas, sin ira ni discusiones.
† Salmo responsorial. Que todos los pueblos alaben al Señor.
Alabad al Señor, todas las naciones, aclamadlo, todos los pueblos. Firme es su misericordia con nosotros, su fidelidad dura por siempre.
† Del evangelio según san Mateo (4,18s). Pasando Jesús junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando las redes en el lago. Jesús les dijo: «Venid conmigo». Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante, vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó y ellos dejaron a su padre en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.
† Jesús no tiene manos, tiene solo nuestras manos para construir un mundo nuevo, donde haya más fraternidad y justicia.
Jesús no tiene pies, tiene solo nuestros pies para poner en marcha a los derrotados por el camino de la libertad.
Jesús no tiene labios, cuenta tan solo con nuestros labios para anunciar a los hombres la buena noticia de la salvación.
Jesús no tiene recursos, cuenta tan solo con nuestro trabajo para lograr que todos los hombres vivan como hermanos.
Jesús, aquí tienes mis manos, mis pies, mis labios, mi trabajo, mi sonrisa, mi tiempo, mi ilusión, mi vida. ¡Aquí estoy, Señor!, ¡quiero seguirte siempre!, ¡cuenta conmigo!
† Señor Jesús, Hijo del eterno Padre, – escucha nuestra oración.
Señor Jesús, de infinita majestad, – escucha...
Señor Jesús, presencia de Dios entre nosotros, – escucha...
Señor Jesús, camino que lleva al Padre, – escucha...
Señor Jesús, puerta del cielo, – escucha...
Señor Jesús, horno ardiente de caridad, – escucha...
Señor Jesús, lleno de misericordia, – escucha...
Señor Jesús, abismo de todas las virtudes, – escucha...
Señor Jesús, digno de toda alabanza, – escucha...
Señor Jesús, Rey de nuestro corazones, – escucha...
Señor Jesús, hermano y servidor nuestro, – escucha...
Señor Jesús, en quien el Padre se complace, – escucha...
Señor Jesús, generoso con los que te invocan, – escucha...
Señor Jesús, fuente de vida y santidad, – escucha...
Señor Jesús, buen Pastor que busca la oveja perdida, – escucha…
Señor Jesús, traspasado por una lanza, – escucha...
Señor Jesús, fuente de todo consuelo, – escucha...
Señor Jesús, vida y resurrección nuestra, – escucha...
Señor Jesús, paz y reconciliación nuestra, – escucha...
Señor Jesús, salvación de los que en ti esperan, – escucha...
Señor Jesús, esperanza de los que en ti mueren, – escucha...
Señor Jesús, delicia de todos los santos, – escucha...
Suscita, Señor, vocaciones en tu Iglesia – para la extensión de tu reino.
† Señor Jesús, que nos dijiste: «La mies en mucha y los obreros son pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies», te pedimos que ilumines a muchos fieles tuyos con la luz de tu Espíritu Santo para que se consagren en los distintos ministerios que tu Iglesia necesita para cumplir su misión de anunciar el evangelio a todos los pueblos. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
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