Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

jueves, 22 de septiembre de 2016

Contenidos fundamentales de la teología


Interrumpimos momentáneamente nuestro curso de Biblia para hacer una presentación general de la teología: lo que es y cuáles son sus fuentes y sus contenidos.

Contenidos fundamentales de la teología
Padre Eduardo Sanz de Miguel, o.c.d.

Sigue siendo válida la formulación de san Anselmo de Canterbury: «La teología es la fe que busca entenderse a sí misma». Por su parte, santo Tomás de Aquino dice que, hablando con propiedad, la «Sacra Doctrina es el conocimiento que Dios tiene de sí mismo», del que nosotros podemos participar solo porque él mismo nos lo ha revelado.

Al hacer teología, no partimos de lo que los filósofos dicen sobre Dios o de cómo nosotros pensamos que él debería ser, sino de lo que él nos ha dicho sobre sí mismo, de una manera parcial a través de los profetas y en plenitud por medio de Jesucristo. 

Por lo tanto, la primera fuente de la teología es su revelación en la Sagrada Escritura. Después viene la patrología (lo que han dicho los escritores cristianos de los primeros siglos) y el magisterio eclesiástico (lo que la Iglesia ha enseñado a lo largo del tiempo), así como los escritos de los santos y de los teólogos.

Para saber más: Catecismo de la Iglesia Católica nn. 94-95

1. Teología fundamental

Como su nombre indica, trata de los fundamentos o cimientos de la teología: ¿Qué es la teología?, ¿cuáles son sus fuentes y su método?, ¿es posible un discurso humano sobre Dios? Sirve de introducción a los estudios teológicos y se centra en la revelación de Dios operada en Cristo, en su transmisión y su credibilidad y en la respuesta del hombre por medio de la fe. 

Aborda los fundamentos de la religión cristiana, permitiéndonos «dar razón de nuestra esperanza» (1Pe 3,15). Estudia las relaciones entre la fe y la razón, la religión y la cultura, el cristianismo y las otras religiones. Se elabora en diálogo con la filosofía, la ciencia y la cultura.

Para saber más: Catecismo 1ª Parte, 1ª Sección, Capítulo 2: Dios al encuentro del hombre. Artículo 01: La revelación de Dios (nn. 50-73), Artículo 02: La transmisión de la revelación divina (nn. 74-100), Artículo 03: La Sagrada Escritura (nn.101-141).

Dependiente de la teología fundamental se encuentra la apologética, que es el esfuerzo por explicar la razonabilidad de la fe y de la revelación, intenta desmontar los prejuicios contra la fe y exponer los verdaderos contenidos del cristianismo, defendiendo y justificando su veracidad.

2. Sagrada Escritura y teología bíblica

Para poder hacer teología hemos de conocer sus fuentes, especialmente la Biblia; por lo que necesitamos un acercamiento a los libros que la componen y a su mensaje, a su origen y transmisión, a los géneros literarios y a su interpretación.

La teología bíblica nos ayuda a comprender el mensaje de cada libro y de cada autor, así como la unidad interna de todos ellos. Efectivamente, cada intervención de Dios a lo largo de los siglos forma parte de una única historia de salvación, proyectada antes del tiempo, iniciada en el mismo momento de la Creación y realizada de una manera progresiva, que encuentra su realización y su clave de interpretación en Cristo y que se cumplirá plenamente solo al final de los tiempos.

Para saber más: Catecismo nn. 101-141

3. Patrología y patrística

En patrología y patrística se estudian los Padres de la Iglesia, sus obras y su doctrina teológica para participar de la comprensión que ellos alcanzaron de los misterios de la fe cristiana, ya que ellos son el testimonio de la Tradición viva. 

La patrología es una disciplina histórica que estudia la vida, el contexto y las obras de los Santos Padres. Por su parte, la patrística es una disciplina teológica que estudia su doctrina. En la práctica, muchas veces se usan ambas palabras indiferentemente, así como la denominación literatura cristiana antigua. 

Se suele poner como inicio del periodo patrístico la época apostólica y como término san Isidoro de Sevilla (†636) y san Ildefonso de Toledo (†669) en Occidente y Beda el venerable (†735) y san Juan Damasceno (†749) en Oriente.

Son considerados Padres de la Iglesia o Santos Padres los escritores cristianos que poseen cuatro características: antigüedad, doctrina ortodoxa, santidad de vida y aprobación de la Iglesia. Los escritores antiguos que no poseen alguna de estas características son llamados escritores cristianos antiguos.

4. Teología sistemática

Intenta realizar una reflexión ordenada sobre la «dogmática» cristiana. 

En principio, el cristianismo no es un conjunto de dogmas. El cristianismo, ante todo, es Cristo, su mensaje y su obra salvadora a favor de los hombres. Pero la teología, que es la reflexión sobre los contenidos de la fe cristiana, sí que estudia y expone los dogmas, que son las verdades que provienen de la revelación y que la Iglesia propone como tales. 

El resumen de la fe de la Iglesia (de sus dogmas) se llama credo o símbolo (que, en griego, significa «juntar», «reunir»).

El cimiento de la teología sistemática o dogmática es el tratado de Cristología: La reflexión sobre el misterio de la persona, de la predicación y de la obra de Jesús, confesado come el Cristo de Dios. Solo a partir de lo que Jesús enseñó, podemos hablar con sentido sobre Dios y sobre el hombre. Por lo tanto, siguen el tratado de Trinidad (el Dios cristiano tal como se ha revelado en Cristo) y de antropología teológica (que estudia la creación del mundo y del hombre, la gracia, el pecado, la justificación, las virtudes y la escatología o destino último de los seres humanos y del universo). Completa nuestra reflexión el tratado de eclesiología (que trata de la identidad de la Iglesia, la liturgia, los sacramentos, la teología de los ministerios y de los estados de vida, así como de la Mariología y del ecumenismo, que busca la unidad de los cristianos). Estos son los cuatro bloques principales de la teología sistemática. Todas las demás asignaturas que se pueden estudiar para completar los estudios teológicos, son complementarias.

Cristología

La Cristología estudia las respuestas que el Nuevo Testamento ofrece al interrogante por la identidad de Jesús y las respuestas de la Iglesia y de los cristianos (magisterio, fieles, teólogos, santos) a lo largo de los siglos. Las fuentes principales para el estudio de la Cristología son los evangelios, que recogen el testimonio de la fe apostólica. Solo a partir de la vida y enseñanza de Jesús podemos hablar con sentido sobre Dios y sobre el hombre. Toda teología y toda antropología serán incompletas al margen de Jesús, revelador definitivo del misterio más profundo de Dios y del hombre.

Para saber más: Catecismo nn. 422-682.

Trinidad

No hablamos de teodicea (reflexión filosófica sobre Dios, desde la razón humana), sino de teología (reflexión creyente sobre Dios, usando la razón, pero partiendo de la fe). Por lo tanto, no podemos empezar por lo que nosotros pensamos que Dios debería ser (inmutable, perfecto, infinito, eterno...), sino por lo que él nos ha dicho que es. No olvidemos que «a Dios nadie lo ha visto nunca; el Hijo único, que es Dios y está en el seno del Padre, nos lo ha dado a conocer» (Jn 1,18). Por lo tanto, solo podemos llegar a saber quién es Dios a partir lo que Jesús nos ha dicho sobre él: su relación con el Padre, la promesa del Espíritu, la Trinidad; ese es nuestro Dios.

Para saber más: Catecismo nn. 198-278 (la Trinidad, el Padre), 422-455 (el Hijo) y 683-747 (el Espíritu Santo).

Antropología Teológica

I. Creación. Desde el Nuevo Testamento no podemos hablar de la Creación (ni del mundo ni del hombre) al margen de Cristo. Todo ha sido creado por él y para él. La teología de la creación y la escatología se unen en él. Dios no crea para conseguir algo que no tenía, sino para comunicar su bondad, para su gloria (que coincide con su manifestación y autodonación que llevan al hombre a la salvación y a la plenitud).

Para saber más: Catecismo nn.279-354

II. Hombre. Un cristiano no puede limitarse a decir que el hombre es «un animal racional». Si no se conoce su origen y su destino, tampoco queda clara su identidad. Además, en nuestra vida cotidiana, nosotros no hacemos experiencia de lo que es el hombre según el proyecto de Dios, sino de lo que es el ser humano herido por el pecado. Para comprender la idea bíblica del hombre creado a imagen de Dios no podemos olvidar que Cristo es la verdadera imagen de Dios (2Cor 4,4; Col 1,15) y que todos hemos sido llamados a reflejar la imagen de Cristo en nuestra vida.

Para saber más: Catecismo nn. 355-373

III. Gracia, pecado y justificación. El hombre ha sido creado con una llamada y un deseo de entrar en comunión con Dios. Esta llamada, esta vocación, aparece desde el principio y antes de cualquier decisión del hombre. Pero para que se realice y se lleve a plenitud, Dios espera la respuesta libre y responsable del hombre. De hecho, el ser humano rechazó esta llamada con el pecado. Pero el amor de Dios es más fuerte que el pecado. La llamada de Dios permanece en lo más profundo de nuestro ser como vocación. Con su obra salvadora, Jesús nos abre el acceso al Padre y nos comunica su Espíritu, que nos permite participar de su condición de Hijo de Dios.

Para saber más: Catecismo: nn. 374-421 y 1987-2029

IV. Virtudes. Las virtudes teologales son los medios que Dios mismo nos ofrece para purificar y llevar a plenitud nuestras potencias o capacidades naturales: la fe, el entendimiento; la esperanza, la memoria; y la caridad, la voluntad. De entre las virtudes humanas destacan por su importancia las cuatro virtudes cardinales: la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza.

Para saber más: Catecismo nn. 1803-1829

V. Escatología. El Credo cristiano culmina en la proclamación de la resurrección de la carne y en la vida eterna. La fe en «la resurrección de la carne» se refiere a la certeza de que nuestra persona real, concreta, nuestra historia, nuestra identidad, no terminarán en el sepulcro, sino que serán llevadas a plenitud en la vida eterna.

Para saber más: Catecismo: nn. 998-1060

Eclesiología

I. Eclesiología fundamental. Tiene tres partes fundamentales:

1. La identidad de la Iglesia: Jesús continúa su obra salvadora entre los hombres por medio de su Iglesia, que es la realización histórica del eterno proyecto salvador de Dios. Realidad tan rica y compleja que ninguna imagen la define totalmente: Familia y Pueblo de Dios, Esposa y Cuerpo de Cristo, Templo del Espíritu, Madre de los creyentes, Nueva Jerusalén...

2. Las «notas» de la Iglesia: Tal como rezamos en el Credo, la Iglesia tiene cuatro características irrenunciables: es Una, Santa, Católica y Apostólica. 

3. La constitución jerárquica de la Iglesia: Todos los cristianos somos «fieles», compartimos la misma dignidad de hijos de Dios, discípulos de Cristo y templos del Espíritu, que nos hace partícipes de la misión sacerdotal, profética y real de Cristo, único mediador entre Dios y los hombres. De entre los fieles, algunos son llamados a servir a la comunidad por medio del ministerio ordenado.

Para saber más: Catecismo nn. 731-945

II. Liturgia. Las celebraciones de la Iglesia, por medio de las cuales los cristianos ofrecen culto a Dios y Dios santifica a los creyentes. Cristo nos ha salvado por el misterio pascual (su pasión, muerte, resurrección, glorificación y envío del Espíritu Santo). Él envió a sus apóstoles para anunciar el misterio de la salvación por medio de la predicación y para continuar su obra salvadora, que se actualiza en la liturgia y en los sacramentos.

Para saber más: Catecismo nn. 1077-1109

III. Sacramentos. Son los medios que Dios nos regala para que podamos recibir su gracia, instituidos por Cristo y confiados a la Iglesia. Por medio de estos signos visibles y eficaces instituidos por Cristo y confiados a la Iglesia, que realizan lo que significan, Dios mismo se comunica a los creyentes, capacitándoles para vivir conforme a su proyecto salvador.

Para saber más: Catecismo nn. 1113-1134 y 1210-1666

IV. Teología de los ministerios, de la vida consagrada y del laicado. Reflexión sobre los estados de vida que completa el tratado de Eclesiología. Todos los cristianos, por el hecho de serlo, forman parte de un pueblo profético, sacerdotal y real, en el que cada uno está llamado a realizar su vocación específica al servicio de la unidad de la Iglesia y de su única misión, que es común a todos.

Para saber más: Catecismo nn. 871-933

V. Mariología. María, Madre de Cristo y Madre de los cristianos, es el tipo perfecto y acabado de la Iglesia, que se conserva siempre virgen para Dios y da a luz a Cristo, ofreciéndolo como salvador al mundo. Al mismo tiempo es miembro de la misma y su realización plena. Imagen y comienzo de lo que seremos en la vida eterna. Desde el cielo continúa realizando su misión maternal con la Iglesia y con cada uno de los creyentes.

Para saber más: Catecismo nn. 963-975

VI. Ecumenismo. Estudia las divisiones históricas al interno del cristianismo y busca la unión de todos los creyentes en Cristo, para que se cumpla su deseo: «Que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos sean también uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado» (Jn 17,21).

5. Teología moral

Dios nos ha creado por amor y nos ha capacitado para amar. Además, nos ha regalado el don precioso de la libertad. Este es el motivo por el que él nos propone un estilo de vida basado en el amor, cuyo modelo plenamente realizado es Jesús. No nos obliga a seguir ese camino, sino que nos lo ofrece para que podamos ser felices, para que se cumpla en nosotros su proyecto de amor.

Para saber más: Catecismo nn. 1699-1986 y 2052-2557

6. Teología espiritual

A partir de las enseñanzas de la Biblia y del ejemplo y doctrina de los santos, estudia el dinamismo por el que el creyente asume personalmente los contenidos de la revelación y de la teología para desarrollar una vida cristiana en el Espíritu. Es la dimensión práctica de todas las demás materias, la que nos hace tomar conciencia de nuestra vocación y de los medios para realizarla: oración, identificación con Cristo, vida en el Espíritu, relación filial con el Padre, compromiso eclesial, estado de vida, etc.

7. Teología pastoral

Prepara para anunciar el mensaje recibido, para evangelizar por medio del anuncio misionero, la catequesis, la predicación, etc. La actividad pastoral de la Iglesia no es responsabilidad exclusiva de los sacerdotes, sino de la Iglesia entera, ministros y fieles. Por eso, toda la Iglesia es responsable del ministerio pastoral y toda la Iglesia es objeto del estudio de la teología pastoral.

Íntimamente unidas a la teología pastoral se encuentran la teología de la misión, que se centra en el primer anuncio del evangelio a los no cristianos, y el diálogo interreligioso para trabajar con los creyentes de otras religiones en el cuidado de la Creación y en la construcción de una sociedad más justa y solidaria.

8. Derecho canónico

Con propiedad, no es una rama de la teología, pero rige la vida de la Iglesia como institución y de los cristianos como individuos, además de regular la actividad litúrgica, sacramental, pastoral y misionera de la Iglesia, por lo que tiene mucha importancia en los estudios teológicos.

9. Historia de la Iglesia

La Historia de la Iglesia tampoco es una disciplina teológica, pero estudia las formas concretas que ha asumido la institución eclesial a lo largo del tiempo, teniendo en cuenta que está compuesta –al mismo tiempo– por la gracia de Dios (que es su alma) y por hombres (por lo que a veces se ve herida por los errores y pecados de sus miembros). Esta materia puede completarse con el estudio de la arqueología bíblica y paleocristiana, la historia del arte y otras materias auxiliares.

No hay comentarios:

Publicar un comentario