El pasado 30 de abril, en el Teresianum de Roma, formé parte del tribunal ante el que Elkin José González, sacerdote de la diócesis de Tulsa, en el estado de Oklahoma (Estados Unidos) defendió su tesis doctoral en teología espiritual, que lleva por título: "Un «singular» acceso a la espiritualidad de Teresa de Ávila: el «ánimo» teresiano ante el fenómeno religioso del entusiasmo".
Gocé leyendo las 472 páginas de su estudio, redactado en un español muy rico y elegante, con una abundante bibliografía y notas a pie de página en italiano, inglés, francés y alemán, principalmente. Aunque también hace algunas pequeñas aclaraciones en hebreo y griego. Como es natural, un trabajo tan bien hecho recibió del tribunal la máxima calificación (summa cum laude).
Así condensa el autor el contenido de su tesis:
Desde los primeros siglos del cristianismo, la proliferación de espiritualidades excéntricas y festivas ha supuesto un desafío para la reflexión teológica. Con el resurgimiento de expresiones similares después de la Reforma Protestante, teólogos y académicos buscaban analizar el hecho desde una lectura sesgada del entusiasmo griego con el solo fin de resaltar los peligros y exageraciones de estos individuos.
Desde el lente de esta lectura, se creó un espíritu de sospecha hacia grupos y personas incitadas por Dios a una experiencia altamente inmediata y sentimental, pero con grandes posibilidades en la más auténtica visión cristiana.
Viniendo de un ambiente similar en la España del siglo XVI, Santa Teresa de Ávila desarrolla el concepto de «ánimo» como una realidad que puede servir de clave a una lectura más afirmante y eficaz del entusiasmo religioso.
Desde su experiencia ascética, mística y apostólica, la Santa de Ávila nos demuestra que la presencia de Dios en el alma y sus modos particulares de atracción al hombre responden a un solo fin salvífico de transformación personal y comunitaria.
Pueden descargarse una presentación-resumen bastante amplia en este enlace.
Hoy es también la fiesta del carmelita san Ángel de Sicilia (s. XIII) del que ya he hablado aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario