Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

sábado, 16 de mayo de 2020

San Simón Stock, o. carm. (16 de mayo). Monición y oraciones de la misa


Recordamos hoy a san Simón Stock. Las noticias más antiguas que se conservan sobre él dicen que nació en Inglaterra en el s. XIII, que fue general de la Orden carmelita, que compuso el himno flos carmeli, y que la Virgen María le entregó el escapulario cuando acudió a ella suplicando su protección para la familia carmelitana. Murió en Burdeos, en cuya catedral se conserva su sepulcro. 
 
Durante su generalato, la Orden del Carmen abrió conventos en cuatro ciudades universitarias: Cambridge, Oxford, París y Bolonia, así como en otras ciudades de Inglaterra, Irlanda, Escocia y España. Bajo el gobierno del santo, la regla de vida de los carmelitas, que había sido escrita por san Alberto de Jerusalén para ermitaños, fue adaptada a la nueva realidad de frailes mendicantes, dedicados a la predicación y al ejercicio del ministerio sacerdotal. El papa Inocencio IV aprobó las nuevas constituciones en 1247 y en 1252 publicó una carta en defensa de los carmelitas, con la que se pudieron superar las dificultades que habían surgido cuando empezaron a fundar en Europa.

Estas son las oraciones de la misa:

Oración colecta. Señor Dios nuestro, que llamaste a san Simón Stock a servirte en la familia de los hermanos de santa María del Monte Carmelo; concédenos, por su intercesión, vivir como él, entregados siempre a tu servicio, y cooperar a la salvación de los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

Oración de los fieles. Hermanos, invoquemos, a Dios, nuestro Padre, al celebrar la fiesta de san Simón Stock, y pidámosle que, por su intercesión, derrame sus gracias sobre toda la humanidad.

- Por toda la Orden del Carmen, para que fiel a su vocación en la Iglesia dé testimonio, con la oración y el ejemplo de vida, del amor misericordioso de Dios, roguemos al Señor.

- Por todos los que visten el escapulario del Carmen, signo de consagración y de esperanza, para que, imitando las virtudes de la Virgen, reflejen en sus vidas las actitudes evangélicas, roguemos al Señor.

- Por nuestros hermanos difuntos, que murieron en la esperanza de la resurrección, para que, por intercesión de la Virgen del Carmen, puedan gozar cuanto antes de las alegrías del cielo, roguemos al Señor.

- Por todos nosotros, para que la participación en el misterio de Cristo, nos ayude a ser en el mundo testigos del amor de Dios, roguemos al Señor.

Escucha, Padre santo, la oración de tu Iglesia, y, por la intercesión de san Simón Stock y de todos los santos del Carmelo, concédenos cuanto te hemos pedido. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oración sobre las ofrendas. Dios de bondad, que en san Simón Stock has querido destruir el hombre viejo y crear en él un hombre nuevo, a tu imagen; concédenos, por sus méritos, ser renovados por ti, como él lo fue, para que podamos ofrecerte un sacrificio que te sea agradable. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Prefacio. 
V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.

V/. Levantemos el corazón.
R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R/. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario darte gracias siempre y en todo lugar, Padre santo, porque la Virgen María, madre y hermosura del Carmelo, nos atrae con el aroma de sus virtudes y nos prodiga su amor maternal. Ella nos protege con el escapulario para que, imitando sus virtudes, nos revistamos de los sentimientos de Jesucristo, te amemos sobre todas las cosas y amemos de corazón a nuestros hermanos. Por eso, unidos a los ángeles y a los santos te aclamamos llenos de alegría: Santo, Santo, Santo...

Oración después de la comunión. Te rogamos, Señor, que nosotros, tus siervos, fortalecidos por este sacramento, aprendamos a buscarte sobre todas las cosas, a ejemplo de san Simón Stock, y a ser nosotros, mientras vivamos en el mundo, imagen del hombre nuevo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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