Soy la Hna. Socorro González González, nací en la ciudad de Santiago en la parte norte de República Dominicana. Pertenezco a la Congregación Carmelitas Teresas de San José. En este momento estoy destinada en la comunidad de Sabana Yegua, Azua, en la parte sur de mi país.
El P. Eduardo me ha pedido que les comparta algo de lo que realizamos en esta comunidad. A diferencia de otras comunidades que tienen una labor especifica, la nuestra es muy distinta, pues somos solo tres hermanas y cada una realiza una labor diferente. Nos une la misma intención de “extender y consolidar el Reino de Dios” enviadas por la congregación y la Iglesia.
Una de las Hnas. se encarga de un patronato de ancianos que tenemos, se llama patronato “San José”, donde se les reparte alimentos a personas mayores y enfermas. Muchos de ellos viven solos y en pobreza extrema. Recordemos que la parte sur del país es la más pobre y aquí la pobreza es palpable.
Otra de las Hnas. lleva lo que llamamos centros o talleres, donde se imparten clases a mujeres de escasos recursos, allí se les enseña a coser, a hacer algunas manualidades que les ayude a desarrollarse en la vida y a conseguir algún medio de sustento. Hasta ahora son 5 talleres distribuidos en varias de las comunidades o campos.
Yo soy la más joven de mi comunidad y viajo todos los días 11 km para colaborar en la mañana en una casa hogar para niñas maltratadas y abandonadas que atienden otras hermanas de mi congregación. Allí ayudo a las niñas a hacer sus tareas, les doy clases y colaboro con ellas en todo lo que sea necesario. Y en las tardes coordino la pastoral juvenil de la parroquia, acompañando los grupos juveniles de las 22 comunidades o capillas que tiene la parroquia.
Así es esta comunidad, muy diversa, pero estamos unidas en la fe y en la esperanza. Nos unimos para rezar juntas y compartimos lo que hacemos.
Además, nuestra casa es la casa de todos. Aquí llega el que tiene hambre, el que le falta una medicina, el que necesita que lo lleven al médico, el que tiene problemas mentales, el que no tiene donde vivir, el niño desorientado… Todos buscando un poco de ayuda. En esta pequeña casa encuentran acogida y ayuda. Así es nuestra comunidad y labor misionera.
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