El fin de semana pasado he participado en un congreso titulado "Vivificados por la palabra de Dios" organizado por la cátedra Francisco Palau en el Cites de Ávila. Abajo recojo algunas fotografías. He disfrutado de las conferencias, de las celebraciones, de la fraternidad. Doy gracias a Dios y a las organizadoras por tan bella experiencia.
Han sido unos días intensos con charlas muy interesantes:
- Palabra de Dios y mística en la Iglesia. Agustí Borrell, ocd.
- Corrientes bíblicas en el siglo XIX. Figuras bíblicas femeninas. Carmen Yebra
- La importancia de la Palabra de Dios en los escritos palautianos. Irene Obradors, cm.
- El Cantar de los Cantares y su influencia en los místicos. Nuria Calduch-Benages, mn.
- La Iglesia, Esposa y Cuerpo de Cristo en Efesios, Corintios y Colosenses. Begonya Palau, spd.
- La nueva Jerusalén. Aproximación al Apocalipsis. Secundino Castro, ocd.
- Experiencia bíblica del Bto. Francisco Palau. Carmen Diez, cm.
- La fundamentación bíblica de la simbología palautiana. Lola Jara, cm.
La que yo di se tituló "Los Evangelios en clave eclesial en F. Palau". También moderé una mesa redonda titulada "La influencia de la Palabra en la propia existencia", con Rómulo Cuartas, ocd. Ester Díaz, cm. Susana Sánchez, cms. y Daniel Izuzquiza, sj.
Les comparto la conclusión mi charla:
En 1860, en la catedral de Menorca, Francisco Palau vivió una profunda experiencia que supuso un cambio en su percepción de la Iglesia y en la manera de servirla, amarla y explicarla.
A partir de esa experiencia, releyó toda su existencia y también repensó su fe y su teología. En los evangelios buscó la explicación a lo que estaba viviendo y en la vida y en la predicación de Cristo encontró las claves para interpretar el misterio y la historia de la Iglesia:
- deseada por Dios desde toda la eternidad,
- prefigurada en las mujeres, acontecimientos e instituciones del Antiguo Testamento,
- manifestada en Cristo,
- que crece y se construye en el tiempo y
- que solo al final de los tiempos se manifestará plenamente realizada, en toda su belleza y esplendor.
A él le ha sido concedida la gracia de contemplar anticipadamente esa realidad futura y le ha cautivado de tal manera que “vive y morirá por ella”. Por eso se ha convertido en su pregonero, en su testigo y anunciador, invitando a todos a amar y servir esa realidad maravillosa en la que se unen armónicamente la oración y el apostolado, la contemplación y el servicio, Dios y los prójimos, la historia y la eternidad, la carne y el Espíritu.
La hermana Pilar me presenta a la asamblea.
En compañía de las hermanas Pilar y Carmen (que tuvo la conferencia antes de mí) para la ronda de preguntas.
Durante la mesa redonda, en la que los ponentes compartían su experiencia de lectura de la Palabra.
Celebrando la misa.
Vista general de la capilla.
Escuchando las conferencias.
Vista general del salón de actos.
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