Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

martes, 9 de julio de 2019

Encuentro de vida espiritual en el Desierto de las Palmas


No siempre podemos parar unos días para desconectar de nuestras actividades cotidianas y renovarnos por dentro, en un ambiente agradable y en un paraje natural de gran belleza. 

Pero, cuando podemos hacerlo, vemos que nos hace bien, que nos ayuda a enfrentarnos mejor a las luchas y actividades de cada día.

Para quienes quieran y puedan, les propongo un precioso programa del 6 al 11 de agosto 2019: tendremos el encuentro anual de convivencia y vida espiritual en el Desierto de las Palmas. 

Una gran oportunidad para orar y reflexionar, para crecer en la amistad con Cristo, para descansar en el cuerpo y en el espíritu.

En este blog he hablado muchas veces del monasterio y del paraje natural del Desierto de las Palmas, en el término municipal de Benicàssim (provincia de Castellón, España), recogiendo también vídeos y fotografías, así como testimonios de personas que han participado otros años en este encuentro.

En la etiqueta "Desierto de las Palmas" pueden ver más de cuarenta entradas. (Pueden consultarlas aquí).

Les recuerdo que el teléfono de contacto es el 964300786. El encargado es el padre Sebastián García.

Pueden ver la página web del monasterio, con el calendario de actividades en el centro de espiritualidad, así como otras informaciones en la página:

www.desiertodelaspalmas.com

Este poemilla es una adaptación mía de otro que compuso Antonio Fernández Grilo en 1880 para cantar a las ermitas de su tierra cordobesa.

Hay sobre Benicàssim,
entre las lomas,
unas casitas blancas
como palomas.

Les dan dulces esencias
los limoneros,
los pinos, los naranjos
y los romeros.

¡Allí, junto a las nubes,
la alondra trina,
allí tiende sus brazos
la Cruz divina!

¡Muy alto está el Bartolo!
¡La Cruz muy alta!
Para llegar al cielo,
¡cuán poco falta!

¡La vista arrebatada
vuela en su anhelo
del llano a las ermitas;
de ellas al cielo!

Allí olvida el que sube
penas y cuitas;
allí cantan y rezan
los carmelitas.

¡El agua que allí oculta
se precipita,
dicen los de La Plana
que está bendita!

Subid a donde el fraile
reza y trabaja;
¡más larga es la vereda
cuando se baja!

¡Ya la envuelva la noche,
ya el sol alumbre,
buscad a los que rezan
sobre esa cumbre!

Ellos, de santos mares
van tras el puerto;
¡caravana bendita
de aquel Desierto!

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