Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

martes, 16 de julio de 2019

La espiritualidad del Carmelo


Como hemos tenido ocasión de recordar muchas veces, la devoción a la Virgen del Carmen viene del Monte Carmelo, en Tierra Santa, y del santuario "Stella Maris" que los carmelitas poseemos en la cima de la montaña, en la actual ciudad de Haifa.

El Monte Carmelo es símbolo de belleza y fecundidad en la Biblia y está radicalmente unido a la figura del profeta Elías y a su defensa de la alianza.

Los profetas hablan de la alianza de Dios con su pueblo (y con cada uno de los creyentes) con la imagen del matrimonio, presentando a Dios como alguien que nos ama con pasión y no puede ni quiere dejar de hacerlo.

Siguiendo el ejemplo de la Virgen María, a la que consideramos madre, hermana, amiga, modelo y compañera, los carmelitas queremos vivir íntimamente unidos a Cristo con una alianza de amor.

La espiritualidad carmelitana es claramente "esponsal". En sus escritos y poesías, santa Teresa de Jesús, san Juan de la Cruz, santa Teresita y todos los santos del Carmelo presentan a Jesús como el esposo con el cual desean unirse cada vez más profundamente. 

María es el mejor modelo de ese amor total hacia Cristo, al que queremos conocer cada vez con más profundidad y amar cada día con mayor autenticidad. Que ella nos ayude a unirnos íntimamente a Cristo y nos acompañe en nuestro caminar. Amén.

Al mismo tiempo, la espiritualidad del Carmelo es fraterna, ya que todos nos consideramos hermanos y hermanas de la Virgen María, discípulos de Jesús, que buscamos en comunidad servir a Dios y a los hermanos con corazón sincero.

La imagen de la Virgen del Carmen que acompaña esta entrada, con el barco del Carmelo bordado sobre su pecho, se conserva en el monasterio de las carmelitas descalzas de Cuenca, en España.

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