Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

viernes, 11 de enero de 2019

Poemas de Antonio López Baeza


Ayer falleció el sacerdote murciano Antonio López Baeza. Sus libros y poemas nos han ayudado a muchos a orar, especialmente el titulado "Poemas para la utopía" (agotado hace mucho tiempo), que recrea los salmos bíblicos para ayudar a leerlos con ojos nuevos.

Para recordarle, les propongo una recreación suya del salmo 43 y algún poemilla más.

MÁS allá de mis dudas y temores,
¡cuento contigo, Señor!
La condición humana
está sometida a incertidumbres y tropiezos,
a absurdos y contradicciones
que entristecen la simple alegría de ser.
Jamás conoce el hombre
cómo será el final de sus pesares,
ni cuál el nombre venidero
de su anhelada felicidad.
Envíame un rayo de tu sabiduría
que me conduzca a la única paz
de saberte presente en mis destinos.
Que yo esté abierto a tu siembra de ternura
hasta descubrirte como artífice supremo
de la razón de mis días sin razón.
¿Por qué voy a dejar
que las apariencias me dominen?
¿Por qué voy a creer en la fuerza de la desgracia
más que en la cosecha de alegría
que tú abonas con todos mis sufrimientos?
Dios señala los límites propios de todo mal
con el don ilimitado de su presencia de amor.
Dios nos hace cabalgar en anhelos de infinito
traspasando el apretado cerco
de nuestras rutinas y mezquindades.
¡Bendito el Señor que corona con su vida
los impulsos, búsquedas y tanteos
de todo corazón insatisfecho!

*****

SEAMOS realistas:
solo una vez vivimos en este mundo.
¡Solo una vez!
Aprendemos a amar a trompicones.
¡Aprendemos a amar!

Buscamos libertad hasta perdernos.
¡Buscamos la libertad!
Queremos ser felices a toda costa.
¡Sin lograrlo del todo!
Sabemos que morir es lo más cierto.
¡Pretendemos ignorarlo!
Seamos realistas:
¡no esperes de la vida nada
que tú no le hayas dado!

*****

PUEDO tener esperanza, porque, lo que espero,
responde a la vida misma que por mis venas siento.

No espero un apocalipsis de respuestas sobrehumanas.
Espero, sí, en la paciencia, que todo lo alcanza.
Sé, que la naturaleza, que es madre y hermana,
no ha de negar al humano sus metas más altas.
Espero, pues, compartiendo el esfuerzo que avanza
hacia esa promesa eterna de vida más alta.
Puedo. Puedo tener siempre viva esta esperanza:
que es el amor a la vida la fuente dó la vida misma mana.

Amo la vida. Y espero, cual lo más humano y cierto,
verme con el Mundo y Dios en abrazo eterno.

*****

AMOR que viene de lejos
no quiere pasar de largo;
busca enriquecer la tierra
que va encontrando a su paso
con semillas de otros soles,
otros vientos, otros campos;
y que, de cuanto ha sufrido,
y que, de cuanto ha gozado,
sufrir otros menos puedan,
lograr un gozo más alto;
y así, de tanto amor vivo
a tanta muerte arrancado,
hacer más cierta la meta
de un universal abrazo.
 *
DESDE que solo he sabido
vivir en abrazo,
si mil muertes he sufrido
¡dos mil vidas he gozado!
En abrazo: donde el misterio
del ser
viene
a mi encuentro cantando.
 *
VIDA nueva. Vida joven.
¡Siempre empezando!
Es la que, entre tú y yo,
en olvido, cada uno
de sí mismo, levantamos.
 *
¿Y, el final…?
¡Ya lo alcanzamos
cuando salimos perdidos
-sin saber adonde íbamos 
y sin temor al fracaso!
 *
QUE amor, amor, nada teme,
si, dentro de sí ha escuchado
el rumor de lo infinito
que -pasión de ser en otro-,
sed es de morir amando.
*
¿CON muchos? ¡No!
¡Con uno solo! Y, desde
uno solo, ¡con todos!
En el gozo de amarte
tal cual eres, el ser
que somos y el amor
que damos: ¡la plenitud
en que nada nos falta! 

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