Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

domingo, 13 de enero de 2019

Oraciones de la liturgia bizantina para la fiesta del bautismo del Señor


La liturgia bizantina celebra la fiesta de la gran Teofanía o del bautismo del Señor el 6 de enero. Es tradición bendecir las aguas y lanzar una cruz al río o al mar. La gente se tira al agua para ver quién la recoge.

Ese día, la liturgia romana se centra en la adoración de los magos de Oriente y celebra la fiesta del bautismo el domingo siguiente. Aquí recojo algunas oraciones de la liturgia bizantina para esta fiesta:

La voz del Señor clama sobre las aguas, diciendo: Venid todos y recibid de Cristo, que se ha manifestado, el Espíritu de sabiduría, el Espíritu de inteligencia, el Espíritu del temor de Dios.

Hoy es santificada la naturaleza de las aguas, y el Jordán se parte en dos, deteniendo las corrientes de sus aguas al ver lavarse en ellas al dueño de todo.

Cristo Rey, amigo de los hombres, has venido al río como hombre, y en tu bondad te apresuras a recibir el bautismo -propio de un siervo- de manos del Precursor, por causa de nuestros pecados.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, por los siglos de los siglos, amén. A la voz del que clamaba en el desierto: "Preparad el camino del Señor" has acudido, Señor, tomando la forma de siervo, y tú que no conoces el pecado pides ser bautizado. Viéndote, las aguas temieron; el Precursor, temblando, exclamo: ¿Cómo podrá el candil iluminar a la luz? ¿Como podrá tocar el siervo al dueño? Salvador, que quitas los pecados del mundo, santifícame a mí junto con las aguas.

- Para que esta agua sea santificada por la fuerza, la operación y el descenso del Espíritu Santo, roguemos al Señor.

- Para que sobre estas aguas descienda la operación purificadora de la supersubstancial Trinidad, roguemos al Señor.

- Para que a estas aguas sea concedida la gracia de la redención y la bendición del Jordán por la fuerza, la operación y el descenso del Espíritu Santo, roguemos al Señor.

- Para que Satanás sea aplastado bajo nuestros pies y sea anulado todo consejo maligno dirigido contra nosotros, roguemos al Señor.

- Para que el Señor, Dios nuestro, nos libre de todo ataque y tentación del Adversario, y que nos haga dignos de los bienes prometidos, roguemos al Señor.

- Para que seamos iluminados por la luz de la sabiduría y de la piedad, por el descenso del Espíritu Santo, roguemos al Señor.

- Para que el Señor Dios nuestro envíe la bendición del Jordán sobre estas aguas y las santifique, roguemos al Señor.

- Para que esta agua sea un don de santificación, remisión de pecados, curación de almas y cuerpos, para todo buen propósito, roguemos al Señor.

- Para que esta agua brote como manantial de vida eterna, roguemos al Señor.

- Para que sea prevención contra toda asechanza de nuestros enemigos visibles e invisibles, roguemos al Señor.

- Por los que la reciban y la lleven para la santificación de sus hogares, roguemos al Señor.

- Para que sea purificación de alma y cuerpo de todos los que la reciban y la beban, roguemos al Señor.

- Para que seamos santificados al tomar de estas aguas, por la manifestación invisible del Espíritu Santo, roguemos al Señor.

+ Señor Jesucristo, Hijo unigénito que permaneces en el seno del Padre, Dios verdadero, fuente de vida e inmortalidad, Luz de Luz, que viniste al mundo a iluminarlo, ilumina nuestras mentes con tu Espíritu Santo, y recíbenos al ofrecerte gloria y gratitud por todas tus obras maravillosas, que son por los siglos de los siglos, y por tu salvadora dispensación en estos últimos días, en la que te has revestido de nuestra naturaleza pobre y débil, condescendiendo hasta tomar la forma de siervo, tú que eres rey de todos, y te dignaste ser bautizado en el Jordán por la mano de un siervo, para que, habiendo santificado la naturaleza del agua, tú que eres impecable, nos indicaras un nuevo nacimiento por el agua y el Espíritu, y nos restauraras en nuestra libertad original. Celebrando la memoria de este misterio divino, te suplicamos, Señor que amas a los hombres, que nos rocíes, de acuerdo con tu promesa divina, con el agua purificadora, el don de tu entrañable misericordia; y que te agraden las suplicas de nosotros pecadores sobre esta agua, y que por ella sea concedida tu bendición a nosotros y a todo tu pueblo fiel, para la gloria de tu santo y adorable nombre. Porque a ti pertenecen toda gloria, honor y adoración, con tu Padre, que es sin origen, y con tu santísimo Espíritu, bueno y vivificador, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

+ Rey que amas a los hombres, hazte presente con el poder de tu Espíritu Santo y santifica esta agua. Concédele la gracia de la redención, la bendición del Jordán, haz de ella una fuente de incorrupción, un don de santificación, una remisión de pecados, un remedio de enfermedades, una destrucción de demonios, inaccesible a las potestades hostiles, llena de poder angelical, a fin de que sirva para los que la reciban y la tomen para purificación de sus almas y cuerpos, para curación de las pasiones, para santificación de sus hogares y para todo buen propósito. Pues tú eres nuestro Dios, que por el agua y el Espíritu, renovaste nuestra naturaleza envejecida por el pecado. Tú eres nuestro Dios, que por el agua ahogaste el pecado en los días de Noé. Tú eres nuestro Dios, que por el mar, por medio de Moisés, libertaste a los hebreos de la esclavitud de Faraón. Tú eres nuestro Dios, que partiste la roca en el desierto de modo que las aguas brotaron y se desbordaron los arroyos, y saciaste a tu pueblo sediento. Tú eres nuestro Dios, que por agua y fuego, volviste a Israel del error de Baal. Tú mismo, Señor, santifica ahora esta agua por tu Espíritu Santo. Concede a todos los que la toquen, con ella se unjan y participen de ella, santificación, bendición, purificación y salud. Amén.

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