Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

miércoles, 26 de abril de 2017

Bodas de plata sacerdotales


Hoy se cumplen 25 años de mi ordenación sacerdotal. Fue en la ciudad de Valencia y se celebraba la Octava de Pascua. Desde aquel día he vivido y realizado mi ministerio en distintos lugares. En todos me he sentido a gusto, gracias a Dios. Y en todos he encontrado gente maravillosa que llevo siempre en mi corazón

Por entonces yo ya estaba en el Carmelo desde 8 años antes, por lo hace 32 años que vivo mi vocación en esta familia religiosa, con la que me siento totalmente identificado.

Vine al convento con 18 años, hice mis votos religiosos el mismo día que cumplí los 20 y me ordené con 25. Hoy, a mis 50 años, doy gracias a Dios por todo lo vivido, por las personas que ha puesto en mi camino, por quienes acompañaron las distintas etapas de mi formación (de una manera especialísima por el que fue mi maestro de novicios, el P. José Fernández Marín, del que tanto tengo que seguir aprendiendo), por todo y por todos.

Ciertamente, solo puedo dar gracias a Dios, que me llamó a su servicio y me confió este ministerio para servicio de los hermanos en su Iglesia. No encuentro mejores palabras que las del famoso canto que dice: "Qué detalle, Señor, has tenido conmigo, cuando me llamaste, cuando me elegiste, cuando me dijiste que tú eras mi amigo..."

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