Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

miércoles, 14 de octubre de 2015

Novena a santa Teresa de Jesús. Día 9º Santa Teresa y la alegría


Oración preparatoria para todos los días. Dios Padre nuestro, que por medio de tu Espíritu Santo has suscitado a santa Teresa de Jesús para enseñar a tu Iglesia el camino de la perfección; concédenos alimentarnos siempre con su celestial doctrina, para que crezca en nosotros el deseo de la verdadera santidad. Tú nos ofreces el ejemplo de su vida y la ayuda de su intercesión, para que animados por el testimonio gozoso de su experiencia, sigamos sin desfallecer el camino que ella nos señaló. Padre de misericordia, concédenos tu Espíritu para que podamos seguir las huellas de la Santa y gozar con ella de la Vida verdadera. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Reflexión. En los escritos de Santa Teresa es abundante y variado el léxico concerniente a la alegría. En su persona y en su vida, la alegría fue una de las notas psicológicas más destacadas: la alegría es el ingrediente indispensable del humanismo teresiano, y no solo como tónico de vida sino como factor de su espiritualidad personal. Tanto que el primer consejo que da al principiante se cifra en la alegría. Dice: “Procúrese a los principios andar con alegría, que hay personas que les parece que se les ha de ir la devoción si se descuidan un poco”. (Vida 13).

Quizá la palabra bíblica que más le ha motivado a permanecer en el gozo y la alegría es la de que dice “Dios tiene sus delicias con los hijos de los hombres” (Prov 8,31); esto le hace prorrumpir en un auténtico grito de júbilo  y exclama: “Cuando considero, Señor, que son vuestras delicias los hijos de los hombres, mucho se alegra mi alma” (Exclamaciones 7).

Invocaciones. Santa Madre Teresa, que escribiste: “Procurad ser afables y andar alegres”, - infúndenos esas virtudes divinas y humanas.

Santa Madre Teresa, que supiste irradiar felicidad en cuantos te trataban, - contágianos tu alegría.

Santa Madre Teresa, que cimentaste tu alegría en considerar que Dios tiene sus delicias en estar entre nosotros, - enséñanos que Dios es alegría y que solo Dios basta.

Poema. ¡Cuán triste es, Dios mío,
la vida sin ti!
Ansiosa de verte,
deseo morir.

Carrera muy larga
es la de este suelo,
morada penosa,
muy duro destierro.
¡Oh, Dueño adorado
sácame de aquí!
Ansiosa de verte,
deseo morir.

¡Oh, muerte benigna,
socorre mis penas!
Tus golpes son dulces,
que al alma libertan.
¡Qué dicha, oh mi Amado,
estar junto a ti!
Ansiosa de verte,
deseo morir.

El amor mundano
apega a esta vida;
el amor divino
por la otra suspira.
Sin ti, Dios eterno,
¿quién puede vivir?
Ansiosa de verte,
deseo morir.

La vida terrena
es continuo duelo;
vida verdadera
la hay solo en el cielo.
Permite, Dios mío,
que viva yo allí.
Ansiosa de verte,
deseo morir.

Oración final para todos los días. Teresa de Jesús, escucha nuestra oración. Llegue hasta Dios la acción de gracias de la Iglesia por lo que has sido y has hecho, y también por lo que todavía haces y harás por el Pueblo de Dios, que te honra como maestra y doctora espiritual. Sea Dios nuestro Señor por siempre bendito y alabado en ti. Amén. Santa Teresa de Jesús, ruega por nosotros.

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