Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

domingo, 21 de diciembre de 2014

Navidad: Dios con nosotros, Dios a nuestro lado


Estamos a punto de celebrar la Navidad, la venida de la Luz, el Sol invicto, imagen de nuestro propio comienzo. Conmemorando el nacimiento de Jesús, nos disponemos a alumbrar en nosotros el Niño Divino.

La Navidad proclama: no estás fatalmente encadenado por tu pasado, por el recuento de tus heridas, ni eres el resumen de tus fracasos ni de los sucesivos quebrantos sufridos en tu vida. 

Dios mismo festeja con nosotros un nuevo comienzo, naciendo en nosotros. Y, al nacer Dios en el corazón del ser humano, todo cambia y se transforma en Bien y en Bueno: el pesebre se ilumina, la pobreza es un tesoro, el abandonado se ve estrechado en un fuerte abrazo, el herido es sanado…

No es metáfora ni retórica, la Trinidad hace realmente morada en aquel que se ha desprendido de todo, ha renunciado a lo ilusorio y perecedero y está listo para experimentar el segundo nacimiento del que Jesús habló a Nicodemo. 

Nace así una nueva criatura, el antiguo “Adán” mortal se convierte en otro Cristo, resucitado e inmortal. Y todo, con el pecho inflamado en las llamas purificadoras de ese fuego sutil, el Amor, que nos transforma.

Enmanuel, Dios con nosotros… La inmanencia es tan espiritual y profunda como la trascendencia. Dios no está más allá de nosotros, sino con nosotros, en nosotros. Ignorarlo es olvidar nuestra esencia, el Nombre que somos, que está en el fondo del alma y es trascendencia divina que se hace inmanente.

Texto escrito por Eugenia Domínguez y publicado en su blog Via Amoris.

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