Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

viernes, 10 de junio de 2016

saludos desde Potrero de las Casas


El 1 de junio llegué a Venezuela proveniente de España. Como venía al Trópico, me traje ropa de verano. ¡Quién me iba a decir que iba a pasar frío! Solo les digo que duermo con cuatro mantas...

Resulta que Potrero está situado cerca de Borotá, en el municipio Lobatera del estado Táchira, en los Andes Venezolanos, a unos 2000 metros sobre el nivel del mar. Los paisajes son preciosos y la casa de espiritualidad de los carmelitas descalzos, también; pero el clima no es el de las playas del Caribe.

Pasamos el día entre momentos de oración, charlas de formación y tiempo de silencio y reflexión personal. De vez en cuando es necesario interrumpir el ritmo de las actividades cotidianas para vivir unos momentos más intensos de comunión con Dios, de "ejercicios espirituales", de renovación interior, para poder después seguir trabajando por el Reino de Dios con energías renovadas.

Les comenté las actividades programadas para los próximos días en esta entrada. Sigo invitándoles a orar por este precioso país y por sus habitantes, para que puedan superar los difíciles momentos que están viviendo y encuentren caminos de convivencia pacífica.

Arriba pueden ver una foto del paisaje y a continuación les ofrezco otras para que conozcan este maravilloso lugar.



Los paisajes desde la ventana de mi cuarto son impresionantes. Las montañas del fondo pertenecen a Colombia.



El edificio central es la iglesia. A la derecha está el convento, con las habitaciones y salas comunes entorno a un claustro de madera y a la izquierda hay otro edificio con salas y capillas para los retiros y actividades pastorales, también en torno a un claustro de madera.



Esta es la parte delantera del convento.



Este es el edificio destinado a las actividades pastorales.



El claustro del edificio para la pastoral.



El porche, desde el que se ven las montañas.



La campana con la que se llama a la oración.



Con algunos de los participantes en el encuentro del sábado.



Con los frailes de la Delegación, a los que estoy predicando el retiro (faltan un religioso y dos religiosas, que llegaron después de que nos tomamos esta foto).

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