Esta tarde comienza la fiesta judía de Rosh HaShaná, que supone el inicio del año judío. Una oportunidad para hacer examen de conciencia del año que termina y para hacer planes para el año que comienza.
Aunque antiguamente los judíos celebraban el "aniversario" de la creación y el inicio del año en Pascua, con el tiempo Rosh HaShaná se convirtió para ellos en la fiesta para conmemorar el aniversario de la creación de Adán y Eva el día sexto.
Rosh HaShaná también es llamado Iom HaDin, que literalmente quiere decir “El Día del Juicio”. Hoy los judíos se preguntan: ¿Estuve a la altura de lo que Dios esperaba de mí? ¿Está Dios satisfecho conmigo? ¿Cuáles son mis defectos? ¿De que tengo que arrepentirme y pedir perdón?
Hoy comienzan los “Días de Temor”, las altas festividades judías durante el mes de Tishrei (el primer mes lunar de otoño).
Hoy por la mañana, muchos judíos van al cementerio a rezar por sus difuntos.
Después hacen el rito de liberarse de las promesas hechas y no cumplidas, recitando una fórmula delante de tres hombres.
Por la tarde van junto a una fuente o un río para orar con estas palabras: “No hay un Dios como Tú, que perdonas la maldad e ignoras el pecado del resto de tu pueblo escogido. No conservas tu enojo para siempre, porque eres benevolente. De nuevo mostrarás compasión y arrojarás todos nuestros pecados en las profundidades del mar”. Después vacían los bolsillos y mueven la ropa, como manifestación de que se quieren arrojar los pecados y quedar limpios.
Así se preparan para el día de mañana, en el que ellos piensan que Dios juzga a los hombres de las obras realizadas durante el último año.
Más tarde van a la sinagoga, donde se lee el relato del nacimiento de Isaac.
Hoy se toca el sofar (el cuerno de carnero, que tiene que ser curvo y de más de 10 cm. de largo). Todos tienen obligación de escucharlo al menos nueve veces. Como los eruditos no se ponen de acuerdo si el sofar tiene que sonar como un gemido (Shevarim), o como un sollozo (Teruá), o una combinación de ambos (Shevarim-Teruá), tocan nueve veces cada uno de los tres sonidos, precedidos y seguidos de un sonido continuo (Tekiá) para no confundirlos. Así que tienen que escuchar 30 toques seguidos del sofar para quitar todas las dudas de que el precepto ha sido cumplido.
Finalmente hacen una cena festiva, en la que comen pan y manzana untados en miel, para desearse un nuevo año dulce. A continuación, toman otros alimentos acompañados por unas oraciones.
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