domingo, 4 de enero de 2015
Inicio de año en el Desierto de las Palmas
He tenido el gozo de concluir el año 2014 y de comenzar el 2015 compartiendo la fe y la esperanza con un grupo de personas maravillosas en la casa de espiritualidad del Desierto de las Palmas, ocupando el tiempo en charlas bíblicas, encuentros de oración y momentos de celebración fraterna. Doy gracias a Dios por cada uno de los participantes y recojo los testimonios de algunos de ellos. En la foto se ven los restos del castillo de Montornés, en las montañas de este "desierto".
Vine a pasar el fin de año al Desierto movida por la necesidad de silencio y de paz, buscando encontrarme con el Señor. He vivido una hora santa inolvidable que me permitió orar y orientar mi compromiso; unas charlas extraordinarias, que me han hecho seguir de manera lógica y paso a paso la historia del Niño Jesús a través de los evangelios. Además, me hace feliz contemplar la alegría del cristiano, la fraternidad, la variedad de carismas. Me voy llena de amor a Jesús y a todos mis hermanos. María Teresa Íñiguez.
Doy gracias a todas las personas que han participado en este retiro de fin de año. Venía herida de muerte, enferma, y me han ayudado vuestras palabras, vuestras miradas, la presencia de Dios vivo en cada uno de vosotros, cada uno con sus matices, sus experiencias, sus sabores y sinsabores, pero todos con esa "determinada determinación" de seguir a Jesús, reconociendo en él "el amor de mi alma". Me he sentido como si hubiera hecho una inmersión en el océano del amor. Toda la creación a mi alcance, en medio de unas montañas espectaculares, conviviendo con la obra más perfecta de Dios: los hombres y mujeres que en tu nombre siguen amando en medio del mundo... Gracias, gracias, gracias. Justa. (desarrollaré esta experiencia en http://www.encuentroconlavida.org)
La experiencia de fin de año en el Desierto no se puede explicar con palabras. Te invito a experimentarlo, para encontrar la paz, armonía, fraternidad con personas de diferentes lugares y culturas. me voy feliz y con energía para seguir el camino del Señor. Mari Carmen.
"El Señor ha hecho brillar su rostro sobre nosotros y estamos radiantes". Esto es lo que ha sucedido a este grupo reunido en el Desierto de las Palmas y proveniente de distintos lugares geográficos y de distintas familias religiosas, a través de la cuidada acogida de las hermanas carmelitas del centro de espiritualidad, de la dedicación del P. Eduardo con sus enseñanzas y su testimonio de servicio, de la comunidad cristiana que resultó del encuentro de los participantes, independientemente de su proveniencia. Y sobre todo gracias a la fidelidad de Dios que en Jesús no deja de acompañarnos para hacernos hijos suyos y coherederos de su gloria. Isabel.
He gozado de esta convivencia y de cada una de las personas que han participado en el encuentro. Yo no pensaba que podría participar de la infancia de Jesús a través de los evangelios, de la oración y de las poesías de san Juan de la Cruz que nos ha explicado el padre Eduardo. Me voy contenta de haber terminado el año 2014 y haber comenzado el 2015 en oración, cantando a Jesús e invocando su bendición. Antonia Palazón.
Estos días han sido una experiencia de la riqueza de vivir en comunidad con personas desconocidas en las que Dios actúa. He redescubierto la grandeza del amor de Dios, que ha querido ser uno como nosotros, menos en el pecado, preparando su camino por los profetas y realizando su proyecto de salvación en Cristo. ¡Alabado sea Jesucristo, que me ha abierto más los ojos de la fe para descubrir cómo Dios actúa en la historia y en mi vida! P. Boix.
He vivido unos días insólitos en un grupo de la Iglesia activa y entregada, un estímulo para vivir mi fe, pues me ha abierto puertas para el estudio y comprensión de las sagradas Escrituras. He gozado de paz y he recibido un estímulo para mi vida cristiana. Lo más emotivo fue rezar por los que no se acuerdan de Cristo en unos días tan especiales. También me he reafirmado en que los cristianos debemos salvarnos en comunidad. Juanjo.
Doy gracias al Señor por estos días en el Desierto de las Palmas. En este lugar todo es posible y me he deleitado en la oración ante el Santísimo, las eucaristías, las charlas, los amigos y amigas, las hermanas y ese bendito lugar. Los doce gajos de mandarina que tomamos al terminar la oración de medianoche el 31 de diciembre me supieron a néctar sabroso. Todo es gracia. Rosa.
Me quedo con un pensamiento que me ha tocado el corazón: "Dios no elije a los dotados, sino que dota a los elegidos" X.Y.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario