Me acabo de sentar a descansar, y mi espíritu se dilata al repensar lo que he vivido estos días en el convento de san Juan de la Cruz de Úbeda. El curso monográfico sobre nuestra Teresita, la Santa de nuestro tiempo, que me enseña a practicar la santidad en la vida normal y ordinaria.
Su mensaje de pequeñez, de aceptación de su verdad, de confianza y abandono, afianza mi fe y me ayuda a practicar la virtud con sencillez, sin demasiados proyectos ni preocupaciones, viviendo en cada momento el instante presente.
Soy consciente de que el camino de la santidad es arduo, pero la caridad nos mueve a seguir intentándolo sin desanimarnos.
Teresita me ayuda a volar con alas de gaviota, muy alto sobre las aguas del mar. Ellas solo hacen pie para alimentarse y vuelven a volar sin cansarse.
Que ella nos siga instruyendo y animando en nuestro camino hacia Dios. María.
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