Hombres sencillos de Israel,
que transformáis en fe
la palabra dada por Yahvé,
sois “Luz de un amanecer”.
Como don que se entrega en amor,
quiero ser yo también
una respuesta viva,
que es fruto de la fe,
que es riesgo y sencillez.
Ana y Joaquín, fieles a Dios
y a su plan salvador,
sois raíz y estirpe de Jesús,
él fue vuestra bendición.
Una larga promesa sin ver
no quebró vuestra fe.
Sois testimonio claro
de abandono en el Señor,
de audacia en el amor.
En este día, Ana y Joaquín,
unimos nuestra voz
en plegaria de congregación
Y damos gracias a Dios.
¡Gracias a Dios, gracias a Dios,
gracias a Dios, gracias a Dios!
¡Gloria a Dios, gloria a Dios
gloria a Dios, gloria a Dios!
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