Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

martes, 15 de julio de 2025

Oraciones y lecturas de la misa de la Virgen del Carmen


PRESENTACIÓN DE LA FIESTA. La Biblia ensalza la hermosura y la fecundidad del Monte Carmelo, donde el profeta Elías realizó algunas de sus mayores gestas. Allí defendió la pureza de la fe en el Dios verdadero, enfrentándose a los adoradores de ídolos. Por su oración perseverante en la cima del monte, la lluvia descendió sobre la tierra después de tres años de sequía. Varios lugares de la zona permanecen unidos a su recuerdo hasta el presente.

Recordando la figura del profeta, numerosos ermitaños se retiraron a vivir en la zona desde muy antiguo. A finales del s. XII, san Alberto de Jerusalén escribió una regla de vida para los ermitaños latinos, que tomaron el nombre de “Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo”.

A lo largo del s. XIII se establecieron en distintos países de Europa, extendiendo su devoción a la Virgen del Carmen. Posteriormente fundaron en todo el mundo cofradías y templos en su honor. El más famoso sigue elevándose hasta el presente en la cima del Monte Carmelo, en Tierra Santa. Allí la Virgen del Carmen es venerada como “Estrella del Mar” (Stella Maris) y su santuario es meta de peregrinación para los fieles locales y para peregrinos de todo el mundo.

La tradición afirma que un 16 de Julio la Virgen María entregó el escapulario a san Simón Stock, por lo que esta fiesta adquiere especial significado para todos los que llevan este signo de consagración a la Virgen.

Hoy pedimos al Señor por toda la familia carmelitana (frailes, monjas contemplativas, religiosas de vida activa y laicos asociados), para que todos vivan con generosidad “en obsequio de Jesucristo, imitando a la Virgen María”, que es madre, reina y hermosura del Carmelo.

ORACIÓN COLECTA. Padre celestial, te suplicamos que nos asista con su intercesión poderosa la Santísima Virgen María, Madre y Reina del Carmelo, para que, guiados por su ejemplo y protección, lleguemos hasta la cima del monte de la perfección, que es Cristo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

PRIMERA LECTURA (Elías oró y el cielo dio su lluvia). 

Lectura del primer libro de los Reyes (18,41-46).

En aquellos días, Elías dijo a Ajab: ― «Sube, come y bebe, porque va a llover mucho».

Ajab subió a comer y beber, mientras Elías subía a la cima del Carmelo para encorvarse hacia tierra, con el rostro entre las rodillas.

Había ordenado a su criado: ― «Sube y mira hacia el mar».

El criado subió, moró y dijo: ― «No hay nada».

Elías repitió: ― «Vuelve»; y así siete veces.

A la séptima dijo el criado: ― «Aparece una nubecilla como la palma de una mano que sube del mar».

Entonces le ordenó: ― «Sube y dile a Ajab: “Engancha el carro y desciende. No te vaya a detener la lluvia”».

En unos instantes los cielos se oscurecieron por las nubes y el viento, y sobrevino una gran lluvia. Ajab montó en su carro y marchó a Yezrael. La mano del Señor se posó sobre Elías; este, ciñéndose la cintura, iba corriendo delante de Ajab, hasta que llegó a Yezrael.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL (14,1-4).

V/. Atráenos, Virgen María, caminaremos en pos de ti.
R/. Atráenos, Virgen María, caminaremos en pos de ti.

Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda
y habitar en tu monte santo? R/.

El que procede honradamente
y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua. R/.

El que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor. R/.

SEGUNDA LECTURA (Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer). 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas (4,4-7).

Hermanos: Cuando llegó la plenitud del tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos la adopción filial.

Como sois hijos, Dios envió a nuestros corazones al Espíritu de su Hijo que clama: «¡Abba! (Padre)». Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.

Palabra de Dios.

SECUENCIA (puede decirse u omitirse).

Flor del Carmelo,
Viña florida,
Esplendor del cielo,
Virgen fecunda
y singular.
¡Oh, Madre tierna!
Intacta de hombre,
a los Carmelitas
proteja tu nombre,
Estrella del mar.

ALELUYA (Lc 11,28).

Aleluya, aleluya.
Bienaventurados los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen.
Aleluya.

EVANGELIO (Ahí tienes a tu hijo. Ahí tienes a tu madre).

Lectura del santo evangelio según san Juan (19,25-27).

En aquel tiempo, junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena.

Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre: ― «Mujer, ahí tienes a tu hijo».

Luego, dijo al discípulo: ― «Ahí tienes a tu madre».

Y, desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio.

Palabra del Señor.

ORACIÓN DE LOS FIELES. Invoquemos a Dios, nuestro Padre, para que, por intercesión de la Virgen María, Madre del Carmelo, derrame sus gracias sobre nosotros y sobre toda la humanidad.

Por la santa Iglesia de Dios, que contempla a María como su Madre y Modelo, para que aprenda a escuchar la Palabra y proclamarla a todos los hombres, roguemos al Señor.

Por la humanidad entera, para que goce siempre del don inestimable de la paz, por intercesión de la Virgen, nuestra Señora, roguemos al Señor.

Por toda la Orden del Carmen, que hoy celebra a María, su Madre y Modelo, para que fiel a su vocación en la Iglesia dé testimonio, con la oración y el ejemplo de vida, del amor misericordioso de Dios, roguemos al Señor.

Por todos los que visten el escapulario del Carmen, para que imitando las virtudes de la Virgen María reflejen en sus vidas las actitudes evangélicas, roguemos al Señor.

Por nuestros hermanos difuntos que murieron en la esperanza de la resurrección, para que, por intercesión de María, puedan gozar cuanto antes de las alegrías del cielo, roguemos al Señor.

Por todos nosotros, para que la participación en el misterio de Cristo, nacido de la Virgen María, nos ayude a ser en el mundo testigos del amor de Dios, roguemos al Señor.

Escucha, Padre Santo, la oración de tu Iglesia, y, por la intercesión de la Virgen María, Madre del Carmelo, concédenos cuanto te hemos pedido. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS. Señor Dios, te ofrecemos estos dones sagrados al celebrar el patrocinio de la Virgen María sobre la Orden del Carmen; que ellos nos hagan crecer, imitando su amor, en tu santo servicio, y nos unan íntimamente al misterio redentor. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

PREFACIO.

V/. El Señor esté con vosotros
R/. Y con tu espíritu.
V/. Levantemos el corazón.
R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R/. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno. Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la solemnidad de la Virgen María, Madre del Carmelo. 

Ella, por medio del Espíritu Santo, conservó y cumplió fielmente tu Palabra y, perseverando en oración con los apóstoles, fue asociada de un modo admirable al misterio salvador de Cristo y constituida madre espiritual de todos los hombres. 

Y ahora, mientras cuida con afecto maternal de todos los hermanos de Cristo, su Hijo, nos precede, como señal de esperanza segura y de consuelo, a lo largo de nuestro peregrinar hacia el monte de la gloria; porque en ella, como en la imagen más pura, contemplamos gozosos realizado lo que en la Iglesia ansiamos y esperamos alcanzar. 

Por eso, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos el himno de tu gloria. Santo, santo...

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN. Padre celestial, te pedimos que nos fortalezca el don inefable de tu amor, que hemos recibido en el sacramento del Cuerpo y Sangre de Cristo, tu Hijo; y haga de cuantos hemos consagrado nuestra vida al servicio de la Virgen María fieles imitadores de sus virtudes. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

BENDICIÓN SOLEMNE.
Dios, Padre de bondad, llene de gozo vuestras vidas al celebrar solemnemente la fiesta de la Virgen María, Madre del Carmelo. Amén.

Que él conceda a todos los carmelitas y a cuantos lleváis el hábito de la Virgen la gracia de meditar y proclamar la Palabra a imitación de María. Amén.

Que él os haga sentir la protección maternal de la Virgen María en la hora de la muerte, para que, purificados del pecado, podáis gozar eternamente de su compañía en la comunión de los santos. Amén.

Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre vosotros y os acompañe siempre. Amén.

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