Ilustramos esta entrada con una tierna pintura de Francisco Ignacio Ruiz de la Iglesia, realizada en 1681. Se conserva en el museo del Prado de Madrid. Juan Bautista niño juega con el Cordero místico, símbolo de Jesucristo.
Normalmente, las fiestas en honor de los santos coinciden con la fecha de su muerte, que es cuando concluye su peregrinación terrena y comienza su vida en plenitud. Solo hay tres excepciones: Jesús, María y Juan Bautista. En estos tres casos celebramos tanto la conmemoración de su muerte como la de su nacimiento. Hoy, en concreto, celebramos el nacimiento de Juan, el precursor.
Juan es el último de los profetas y el primero de los evangelistas, la conclusión del Antiguo Testamento y el inicio del Nuevo. Él es "el más grande de los nacidos de mujer" pero, ante Jesús, afirma: "Es necesario que él crezca y que yo disminuya". Toda su vida estuvo marcada por la conciencia de su misión. Él es "la voz que clama en el desierto: preparad el camino al Señor".
Felicidades a todos los que hoy celebran su santo.
Juan es el último de los profetas y el primero de los evangelistas, la conclusión del Antiguo Testamento y el inicio del Nuevo. Él es "el más grande de los nacidos de mujer" pero, ante Jesús, afirma: "Es necesario que él crezca y que yo disminuya". Toda su vida estuvo marcada por la conciencia de su misión. Él es "la voz que clama en el desierto: preparad el camino al Señor".
Felicidades a todos los que hoy celebran su santo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario