«En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del lago de Tiberíades). Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos. [...] Jesús dice: "¿Con qué compraremos panes para que coman estos?" [...] Uno de sus discípulos le dice: "Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces; pero, ¿qué es eso para tantos?"...»
En los evangelios se recogen varias narraciones de la multiplicación de los panes y los peces con pequeñas variaciones. En la versión de san Marcos se especifica que un niño aportó los cinco panes y dos peces que Jesús utilizó en este signo portentoso. Esta bella canción recoge el relato de este evangelio.
Un niño se te acercó aquella tarde,
sus cinco panes te dio para ayudarte;
los dos hicisteis que ya no hubiera hambre.
La tierra, el aire y el sol son tu regalo
y mil estrellas de luz sembró su mano;
el hombre pone su amor y su trabajo.
También yo quiero poner sobre tu mesa
mis cinco panes que son una promesa
de darte todo mi amor y mi pobreza.
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