Allí nacimos los carmelitas y allí seguimos, aunque el monasterio ha sido varias veces destruido y reedificado a lo largo de los siglos.
Durante el mes de julio, los carmelitas tenemos celebraciones en honor de la Virgen del Carmen, la "Madre y Hermosura del Carmelo".
En esta fotografía se recoge una celebración con peregrinos en el jardín interior del monasterio Stella Maris de Haifa.
En 1992 viví la fiesta de la Virgen del Carmen en la parroquia "La Florecita" de Oklahona City, adonde fui enviado apenas ordenado.
En 1993 prediqué la novena en Burriana, donde años más tarde fui conventual. Fue la primera novena del Carmen que prediqué.
Pienso que fue en 1994 cuando prediqué la novena en Medina del Campo.
Siempre llevo en el corazón las hermosas celebraciones vividas hace años en la ciudad de Panamá. La procesión del día del Carmen es apoteósica, con miles de participantes.
Las celebraciones en La Habana son más sencillas y siempre con numerosas dificultades para conseguir lo necesario, pero los creyentes se mantienen fervorosos. Las obras de restauración del templo siguen adelante. Espero poder volver un día a celebrar a la Virgen en ese maravilloso lugar.
Los feligreses de la parroquia de san Judas en Santo Domingo, saben que me tienen robado el corazón.
El año pasado prediqué la novena y viví las fiestas del Carmen en mi comunidad de Soria.
Este año, si Dios quiere, predicaré la novena en El Burgo de Osma, donde nací y viví tan hermosas celebraciones en mi infancia y juventud.
He vivido las fiestas del Carmen en distintos lugares de España y fuera de España y en todos los sitios he sido testigo del amor y devoción que se tiene a la Madre Y hermosura del Carmelo.
† Blanca flor del Carmelo, vid en racimo, celeste claridad, puro prodigio. Al ser, a una, Madre de Dios y Virgen ¡Virgen fecunda!
Bajo noches oscuras navega el alma; enciende tú los rayos de la esperanza. Y sé el lucero que lleve nuestra nave segura al puerto.
† Virgen del Carmen, hemos acudido a tu casa en este monte santo. Pero no venimos solos, traemos a tu presencia a todas las personas que llevamos en nuestros corazones. Ten misericordia de nosotros e intercede por todos ante tu Hijo querido. De una manera especial ponemos en tus manos a nuestros seres queridos, a los niños, a los enfermos, a los que sufren y a los pobres. Ampáralos a todos bajo tu manto protector y llévalos a Jesús, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
María: necesitamos de tu corazón inmaculado para amar de modo gratuito, buscando el bien del otro, con sencillez y sinceridad, renunciando a máscaras y maquillajes.
– Madre y hermosura del Carmelo, ruega por nosotros.
María: necesitamos tus manos inmaculadas para acariciar con ternura, para tocar la carne de Jesús en los hermanos pobres, enfermos, despreciados, para levantar a los que se han caído y sostener a quien vacila.
– Madre y hermosura del Carmelo, ruega por nosotros.
María: necesitamos de tus pies inmaculados para ir al encuentro de quienes no saben dar el primer paso, para acompañar a quienes se han perdido, para ir a encontrar a las personas solas.
– Madre y hermosura del Carmelo, ruega por nosotros.
† Reina y hermosura del Carmelo: Tengo mil dificultades: ayúdame. De los enemigos del alma: sálvame. En mis desaciertos: ilumíname. En mis dudas y penas: confórtame. En mis enfermedades: fortaléceme. Cuando me desprecien: anímame. En las tentaciones: defiéndeme. En las horas difíciles: consuélame. Con tu corazón maternal: ámame. Con tu inmenso poder: protégeme. Y en tus brazos al expirar: recíbeme. Virgen del Carmen, ruega por nosotros. Amén.
† Padre santo, que has honrado a la Orden del Carmen con la especial protección de la Virgen María, madre de tu Hijo, te pedimos que, a cuantos veneramos su memoria, nos concedas alcanzar un día la cima del monte de la perfección, que es Cristo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
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