El texto forma parte de un hermoso himno de san Bernardo de Claraval (siglo XII) al Dulce Nombre de Jesús. La música es de Giovanni Pierluigi da Palestrina (siglo XVI).
El texto en latín dice así:
Iesu Rex admirabilis
Et triumphator nobilis
Dulcedo ineffabilis
Totus desiderabilis.
Mane nobiscum Domine
Et nos illustra lumine
Pulsa mentis caligine
Mundum reple dulcedine.
Esta es la traducción al español:
Jesús, rey admirable
y triunfador noble,
dulzura inefable
todo deseable.
Permanece con nosotros, Señor,
ilumínanos con la luz,
expulsa la tiniebla de la mente
llena el mundo de dulzura.
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