El nombre de "desierto" hace referencia a un lugar aislado, dedicado a la oración. Y las palmas no se refieren a las palmeras, sino a los "palmitos" (Chamaerops humilis), que abundan en el paraje.
En el museo hay obras de orfebrería, pintura, escultura, tejidos bordados... y una interesante colección de iconos rusos.
Ermita de santa Teresa. Una de las muchas que salpican el paisaje. Está preparada para acoger a quienes quieren hacer experiencia de silencio y soledad.
Mientras que las ermitas constan de cuatro habitaciones (cocina, dormitorio, capilla y sala de trabajo, además de cuarto de baño), los "antros" solo tienen una estancia, son conmemorativos de algún santo y sirven para retiros de solo unas horas.
Capilla conmemorativa de santa Eufrosina, cerca de la entrada al monasterio. Es una de las más populares.
Hay varios caminos con capillitas que recogen las estaciones del Vía Crucis, los dolores y gozos de san José, los gozos y dolores de la Virgen, etc.
Los frailes no son los únicos habitantes del lugar. Los jabalíes son muy numerosos en la zona (y causan muchos destrozos).
También un tipo de tortugas endémicas de la zona, que son una especie protegida. En "la Bartola" tienen una reserva.
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