Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

lunes, 29 de abril de 2024

Santa Catalina de Siena (29 de abril)


El 29 de abril se celebra la fiesta de santa Catalina de Siena. Aunque siempre se la representa vestida de monja, hay que recordar que era seglar, consagrada como terciaria dominica, pero seglar; que vivió siempre en su casa, entregada al servicio de los pobres y de los enfermos, al apostolado, a la misión de reconciliar las familias y ciudades enfrentadas, y al esfuerzo de lograr que el papa regresara desde Aviñón a Roma.


Joven, sin preparación académica y mujer: poco significaba alguien con estas características en la Europa del siglo XIV. Pero, Dios, que tiene una especial preferencia por lo pequeño y vulnerable, hizo de Catalina de Siena una ejemplar predicadora del evangelio.

Nació en marzo de 1347. Desde los 6 años quiso consagrarse totalmente al Señor. Tras la muerte de su hermana en 1362, decidió no contraer matrimonio y ser laica dominica, que en la época eran conocidas como «Hermanas de la penitencia de santo Domingo». En 1370 vivió la «muerte mística»: pidió a Cristo que le cambiara el corazón. Desde entonces, su intensa vida de oración se juntó con la atención a los pobres y enfermos.

Reconocida como maestra espiritual, se formó un grupo de discípulos en torno a Catalina. A partir de 1372 fue mediadora en los conflictos civiles y eclesiales en la península italiana. Empezó una amplia producción epistolar. En 1374 fue convocada al capítulo general de la Orden de predicadores y se le asignó a fray Raimundo de Capua como acompañante espiritual.

Ante el creciente conflicto entre el papa y las ciudades italianas, Catalina se sumergió en la política. Viajó a Aviñón e instó a Gregorio IX a regresar a Roma. Gracias a su labor, el papa regresó en enero de 1377. La influencia política y religiosa de Catalina creció significativamente. 

Profesó un profundo amor por la Iglesia. Se sintió llamada por Dios a denunciar la corrupción y promover una vida apostólica y evangélica. Sufrió al ver la consumación del cisma de occidente tras la muerte de Gregorio IX en 1378.

A pesar de su escasa formación intelectual se sumergió en las profundidades de la mística cristiana. Fue una apasionada predicadora de la cruz. Su libro "Diálogo" refleja su espiritualidad. Murió el 29 de abril de 1380.

¿Qué nos puede decir hoy? Catalina nos recuerda que la vida política no debe estar divorciada de la fe. Respetando la justa separación de lo civil y religioso, los laicos cristianos están llamados a participar en el desarrollo histórica de la sociedad sin renunciar a su condición de creyentes y seguidores de Jesús.

He tomado el texto de la web de los dominicos españoles, que pueden consultar aquí.

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