Ya les he hablado en otras ocasiones de la hermosa tradición mexicana que se renueva cada año el día de la Candelaria (2 de febrero): personas de todas las edades acuden al templo portando sus imágenes del Niño Jesús, vestidas adecuadamente para la ocasión, para que se las bendigan. En esta entrada les hablo del origen de esta costumbre y recojo varias fotografías nuevas.
El origen está en la ley judía, que María cumplió fielmente: todos los niños israelitas eran presentados en el templo a los 40 días de su nacimiento. Esta costumbre se mantuvo en la Iglesia católica hasta la última reforma litúrgica.
Apenas nacía el niño era bautizado, pero a esa ceremonia no acudía la madre (que estaba acostada), sino el padre y los padrinos. El niño entraba en el templo en brazos de su madrina. A los 40 días, la madre acudía al templo con su criatura y ambos recibían la bendición del sacerdote.
En México se usa llevar la imagen del Niño Jesús al templo en este día. Antiguamente lo vestían solo de bebé, con mantillas y ropas adecuadas en una canastilla. Más tarde se acostumbró vestirlo de rey y sentarlo en una sillita dorada. En los últimos años se pueden ver también imágenes del Niño Jesús vestidas de pastores, frailes, ángeles, santos, indígenas, adolescentes, futbolistas, médicos, policías...
Algunas familias siguen confeccionando un vestido nuevo cada año para la ocasión, pero ya son muchos los que lo compran en los numerosos establecimientos que los venden.
Además, ese día se comen unos tamales bien sabrosos, que muchos llevan también al templo, para que los bendigan junto con la imagen del Niño Jesús.
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