En la Biblia, estas ideas entán presentes desde el principio hasta el final. Por ejemplo, la primera página de la Biblia habla de la creación de la luz (Gén 1,3) y la última dice que la nueva Jerusalén no necesita iluminación, porque «su lámpara es el Cordero» (Ap 21,23).
Por su parte, Jesús se identificó con «la luz del mundo» y añadió que el que le sigue «no camina en tinieblas, sino que tiene la luz de la vida» (Jn 8,12). El evangelista san Juan afirma que Cristo «era la luz verdadera, que ilumina a todo hombre» (Jn 1,9). En este sentido, se dice de Cristo lo mismo que del Padre: «Dios es luz, en él no hay tiniebla alguna» (1Jn 1,5).
Nosotros vivimos muchas experiencias de oscuridad, por eso pedimos a Jesús que ilumine nuestra noche, que llene nuestras existencias de su amor. Como el ciego Bartimeo, clamamos a Jesús pidiéndole que nos conceda su luz para poder descubrir su presencia salvadora junto a nosotros.
En el vídeo se recoge una canción del grupo "Ain Karem". Pueden ver su página web aquí:
- http://ainkarem.es
Sé mi luz, enciende mi noche,
Sé mi luz, enciende mi noche,
Sé mi luz, enciende mi noche,
mi noche, sé mi luz.
El camino sin ti es tan largo
y tu llanto acoge mi dolor.
Tu Palabra acalla mi miedo
y tu grito se expresa en mi canto.
Sé mi luz, enciende mi noche,
Sé mi luz, enciende mi noche,
Sé mi luz, enciende mi noche,
mi noche, sé mi luz.
El camino sin ti es tan largo
y tu llanto acoge mi dolor.
Tu Palabra acalla mi miedo
y tu grito se expresa en mi canto.
Si el vídeo no se abre en la entrada, pueden encontrarlo en esta dirección:
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