domingo, 18 de noviembre de 2018
Jornada mundial de los pobres
Hoy se celebra la segunda «Jornada mundial de los pobres» con el lema «Este pobre gritó y el Señor lo escuchó» (Sal 34,7). El salmo habla de «este pobre», es decir, no de los pobres en general sino de un pobre bien determinado. El pobre en la Biblia es siempre una persona concreta o, en todo caso, una persona, nunca una categoría que queda en el trasfondo.
La relación con los pobres debe ser personal, es decir, de persona a persona, sin ponerse en un pedestal frente al otro, ni tampoco más abajo. Es necesario descubrir la pobreza en la propia vida para sentir y comprender la pobreza en la historia de los demás.
El papa Francisco ha escrito un mensaje para la ocasión, en el que afirma:
Estamos llamados a ir al encuentro de las diversas situaciones de sufrimiento y marginación en la que viven tantos hermanos y hermanas, que habitualmente designamos con el término general de “pobres”.
Dios permanece fiel a su promesa, e incluso en la oscuridad de la noche no deja que falte el calor de su amor y de su consolación. Sin embargo, para superar la opresiva condición de pobreza es necesario que ellos perciban la presencia de los hermanos y hermanas que se preocupan por ellos y que, abriendo la puerta de su corazón y de su vida, los hacen sentir familiares y amigos.
Así escribía santa Teresa de Ávila en su Camino de perfección: «La pobreza es un bien que encierra todos los bienes del mundo. Es un señorío grande. Es señorear todos los bienes del mundo a quien no le importan nada» (2,5). En la medida en que sepamos discernir el verdadero bien, nos volveremos ricos ante Dios y sabios ante nosotros mismos y ante los demás. Así es: en la medida en que se logra dar a la riqueza su sentido justo y verdadero, crecemos en humanidad y nos hacemos capaces de compartir.
Pueden leer el texto completo en este enlace.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario