Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

lunes, 12 de agosto de 2024

Saludos desde el Desierto de las Palmas


Saludos desde el monasterio carmelita del Desierto de las Palmas, bellísimo lugar rodeado de montañas, junto al mar Mediterráneo, en el término municipal de Benicásim, donde estoy compartiendo unos días de retiro espiritual con personas provenientes de distintos lugares. Las fotografías las ha tomado Carmen, que ha venido desde Dallas (USA).

He hablado muchas veces de este lugar y he recogido fotos de los edificios, de los jardines y de los montes. Quienes lo han visitado saben que aquí todo ayuda a estar cerca de Dios: la naturaleza, el arte y la historia.

Comenzamos el día alabando al Señor. Antes de desayunar de hacer otra actividad, nos encontramos en la capilla para cantar laudes, para recordar que necesitamos la gracia de Dios más que ninguna otra cosa.

Después tenemos varios encuentros de reflexión para conocer mejor el mensaje de la salvación, ya que estamos convencidos de que «todo cuanto fue escrito en el pasado se escribió para enseñanza nuestra, para que con la paciencia y el consuelo que dan las Escrituras mantengamos la esperanza» (Rom 15,4).

A mediodía celebramos la eucaristía, muy sencilla y muy participada, con el deseo de alimentarnos con la Palabra de Cristo y con su Cuerpo y su Sangre. Él es nuestro alimento, nuestra fortaleza y nuestra esperanza.

Al atardecer nos reunimos para un encuentro de adoración en la presencia de Jesús Sacramentado. Rezamos salmos, cantamos, elevamos ante el Señor plegarias espontáneas, gozamos de momentos de silencio...

Así alternamos momentos de oración, de reflexión, de descanso y de convivencia fraterna, viviendo unos días de gracia en la paz del Señor, con la esperanza de llenarnos de la fuerza del Espíritu Santo para regresar después con nuevas energías a nuestras actividades cotidianas. Mañana, si Dios quiere, terminamos y regresa cada uno a su casa.

Algunos de los que participan en el retiro, visitando la ermita del Carmen, junto a la portería alta.

Algunos de los participantes en el retiro, visitando la ermita de santa Teresa, en la que san Enrique de Ossó escribió su libro "Cuarto de hora de oración".

Algunos de los jóvenes que se alojan en el albergue y algunas de las ermitas. Están participando en un campo de trabajo y hoy hemos compartido la eucaristía con ellos.

Interior de la ermita de santa Teresa. Tiene dormitorio, cocina, cuarto de baño y oratorio.

Vistas de Benicasim desde la subida a la cruz del Bartolo.

Vistas de Castellón y La Plana desde la portería alta.

Vistas de la casa de oración, el convento y el albergue "El Carmelo" desde la ermita del Carmen.

Ruinas del convento viejo (del año 1694) en el centro del valle.

Carmen (la fotógrafa) delante del "antro" de san Franco de Siena.Los "antros" son capillas devocionales, en parte excavadas en la roca y en parte edificadas. 

Una de las inscripciones en cerámica del siglo XVIII de la capilla de san Franco.

Pilar de san Honorato.

Detalle de la cerámica que representa a san Honorato en su pilar.

Entrada a la ermita de san Juan Bautista.

Cristo hecho con troncos de árboles en la glorieta del huerto.

Uno de los pilares con los dolores de la Virgen María, en el camino hacia el cementerio de la comunidad.

Interior de la capilla del cementerio.

Escultura cerámica de santa María Magdalena, preciosa obra de Ignacio Vergara.

Cristo realizado por el hermano Francisco del Niño Jesús en la capilla del panteón de los mártires.

Cerámica renacentista que representa al profeta Elías, en el museo.

Icono de la Virgen de la Contemplación, realizado por las carmelitas descalzas de Harissa, en el Líbano.

Imagen de san Joaquín con la Virgen Niña, en el museo conventual.

Escultura de san José con el Niño Jesús, en el museo.

Representación de la "transverberación" de santa Teresa de Jesús.

Vitrina con reliquias de santa Teresa de Jesús y objetos que le pertenecieron.

Algunas de las numerosas piezas antiguas de cerámica (siglos XV al XVIII) que se conservan en las distintas dependencias del convento, museo y casa de espiritualidad.

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