Reflexiones diarias sobre argumentos de espiritualidad y vida carmelitana, con incursiones en el mundo del arte y de la cultura

martes, 17 de septiembre de 2024

Icono de san Alberto de Jerusalén y la Regla del Carmelo


El 17 de septiembre se celebra la fiesta de san Alberto, patriarca de Jerusalén. Él escribió la Regla que hasta el presente inspira la vida de toda la familia carmelitana (religiosos, religiosas y seglares). Este icono representa a san Alberto (vestido de obispo) entregando la Regla a san Brocardo (vestido de carmelita, con la capa a rayas, como se usaba en los orígenes). Fue «escrito» por la hermana ermitaña benedictina Petra Clare y se conserva en la Iglesia de san Judas Tadeo de Faversham (Inglaterra) desde el 25 de octubre de 2007. Recoge el corazón de la espiritualidad carmelita: «Seguir a Jesucristo e imitar a María con el espíritu de Elías».

La Regla carmelitana es la más breve entre los cuerpos legislativos que regulan la vida de los religiosos en la Iglesia. Consiste, casi exclusivamente, en una sabia concatenación de citas de la Biblia. Se centra más en la justificación espiritual de la vocación carmelitana y en los medios necesarios para desarrollarla, que en las normas legales que deben regular las relaciones de un grupo concreto.

En ella se recoge la motivación que debe guiar la vida de los consagrados y de todos los cristianos: «vivir en obsequio de Jesucristo y servirle fielmente con corazón puro y buena conciencia» (n. 2), meditando día y noche en su palabra, a no ser que estén ocupados en otras actividades legítimas.

Este es el ideal que presenta nuestra Regla y que los carmelitas deseamos poner en práctica también hoy, ochocientos años después de su promulgación.

En la parte superior del icono está representada la Virgen María, Madre y Hermosura del Carmelo, «Virgen del signo», con los brazos abiertos en oración y el Niño Jesús en su seno.

A la izquierda de san Alberto, de arriba abajo, están:
- La «fuente de Elías», nombrada en la Regla, ya que los ermitaños vivían junto a ella, que se alarga como un arroyo que llega hasta el Mar Mediterráneo.
- El altar del sacrificio de Elías sobre el Carmelo, sobre el que hizo bajar fuego del cielo, que consumió la ofrenda del sacrificio (cf. 1Re 18,17-39).
- El profeta Elías orando, inspirador de la Orden carmelitana.

A la derecha de san Brocardo hay varias escenas que recuerdan los preceptos de la Regla:
- En primer lugar, está la capilla, con la nave gótica (típica de Occidente) y la torre con cúpula bizantina (típica de Oriente), ya que la Orden del Carmen es una unión armoniosa de la espiritualidad de Oriente y la de Occidente.
- Debajo hay dos hermanos orando en sus celdas, cumpliendo con el mandato de la Regla de que «mediten día y noche en la Ley del Señor». Uno lee la Biblia y el otro contempla la cruz.

Debajo se muestran algunos religiosos en diversas ocupaciones, para cumplir con el precepto de la Regla que pide que trabajen con paz para ganarse el pan.
- Uno está lavando la ropa.
- Otro está cortando leña.
- Un tercero lleva una canasta con panes para alimentar a los hermanos.
- Uno más anciano está instruyendo a un joven, para ayudarle a caminar por las sendas del bien.

La Regla indica que la celda del prior esté junto a la puerta, para acoger con solicitud al que llega. En esta escena, colocada en la parte inferior derecha, se ve al prior, que abraza al hermano que llega de fuera al eremitorio.

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