El 27 de agosto se celebra la fiesta de santa Mónica, madre de san Agustín, que consiguió la conversión de su hijo con sus oraciones.
Mónica sufría por su hijo y no entendía,
Mónica, que nunca hiciese caso, no era feliz;
pero un día todo cambió, el cielo le habló.
Mónica quería que su hijo cambiara de vida,
Mónica, que sirviese a la gente y se hiciera mayor;
y el amor le hizo crecer, ser alguien mejor.
Y con un libro para leer unas palabras que dijo Dios
le dio una llama ardiendo en su ser, que despertara su corazón. (bis)
Mónica se mantuvo a su lado segura y sencilla,
Mónica hablaba y sonreía cercana a Agustín
y logró el regalo mayor: amar hasta el fin.
Y con un libro para leer unas palabras que dijo Dios
le dio una llama ardiendo en su ser, que despertara su corazón. (bis)
Mónica, que nunca hiciese caso, no era feliz;
pero un día todo cambió, el cielo le habló.
Mónica quería que su hijo cambiara de vida,
Mónica, que sirviese a la gente y se hiciera mayor;
y el amor le hizo crecer, ser alguien mejor.
Y con un libro para leer unas palabras que dijo Dios
le dio una llama ardiendo en su ser, que despertara su corazón. (bis)
Mónica se mantuvo a su lado segura y sencilla,
Mónica hablaba y sonreía cercana a Agustín
y logró el regalo mayor: amar hasta el fin.
Y con un libro para leer unas palabras que dijo Dios
le dio una llama ardiendo en su ser, que despertara su corazón. (bis)
Si el canto no se les abre directamente en la entrada, lo pueden encontrar en esta dirección:
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