sábado, 11 de abril de 2015
Misericordiosos como el Padre. Jubileo de la misericordia
El jubileo extraordinario de la misericordia, que tendrá lugar del 8 de diciembre de 2015 al 20 de noviembre de 2016, ya ha sido convocado. En la bula del papa (titulada el rostro de la misericordia) se dan indicaciones para su celebración en Roma y en las diócesis y se reflexiona sobre el misterio de Dios "compasivo y misericordioso" en la Biblia, así como sobre la relación entre la misericordia y la justicia.
El lema del año santo será: "Misericordiosos como el Padre". Citando a san Juan de la Cruz, el papa nos recuerda que "a la tarde nos examinarán en el amor". Por eso nos invita a practicar las obras de misericordia. Dice así:
"Es mi vivo deseo que el pueblo cristiano reflexione durante el Jubileo sobre las obras de misericordia corporales y espirituales. Será un modo para despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina. La predicación de Jesús nos presenta estas obras de misericordia para que podamos darnos cuenta si vivimos o no como discípulos suyos. Redescubramos las obras de misericordia corporales: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, acoger al forastero, asistir los enfermos, visitar a los presos, enterrar a los muertos. Y no olvidemos las obras de misericordia espirituales: dar consejo al que lo necesita, enseñar al que no sabe, corregir al que yerra, consolar al triste, perdonar las ofensas, soportar con paciencia las personas molestas, rogar a Dios por los vivos y por los difuntos".
Propone algunas iniciativas concretas, entre la que destaca el envío de algunos "misioneros de la misericordia" a las diócesis para celebrar misiones populares con facultad para perdonar también los pecados reservados. No hay que esperar hasta entonces. Les recuerdo que los penitenciarios diocesanos (que se encuentran en las catedrales) y los frailes mendicantes (franciscanos, dominicos y carmelitas principalmente) tenemos esa facultad siempre.
Casi al final, nos invita a poner los ojos en María, Madre de la misericordia: "Dirijamos a ella la antigua y siempre nueva oración de la Salve, para que nunca se canse de volver a nosotros sus ojos misericordiosos y nos haga dignos de contemplar el rostro de la misericordia, su Hijo Jesús".
Pueden consultar el texto completo de la bula aquí.
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