domingo, 11 de agosto de 2024

Material sobre Jesucristo, pan de vida


Esta pintura al temple de la última cena es obra del artista Vicente Traver Calzada, nacido en Burriana (Castellón) en 1945. Se encuentra en la iglesia parroquial de san Bartolomé y san Jaime de Nules. Mide 7 metros de ancho por 3 de alto.

Durante algunos domingos seguidos del ciclo "b" se lee el capítulo 6 de san Juan, que comienza con el relato de la multiplicación de los panes y continúa con la explicación del significado de ese signo. Jesús afirma: «Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida».

Les invito a repasar algunas entradas que hemos a este argumento en otras ocasiones:

Cinco panes y dos peces. Domingo 17 del Tiempo Ordinario, ciclo b. Jesús pide a los discípulos que den de comer a la multitud, pero ellos le dicen que no tienen suficiente para tanta gente. Todo lo que han podido reunir son cinco panes y dos peces, que ha aportado un muchacho. Lo importante no es la cantidad que reúnen los discípulos, sino que pongan todo lo que tienen en las manos de Jesús. Él hace el resto.

- Jesús es el pan de la vida. Domingo 18 del Tiempo Ordinario, ciclo b. Como la gente quería hacer rey a Jesús, en el evangelio de este domingo escuchamos que él les respondió: «No me buscáis porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros». Así, pues, la multiplicación de los panes es un «signo» que hay que interpretar para comprender su significado más profundo. Los contemporáneos se quedaron en la materialidad del gesto, en que habían comido pan sin tener que fatigarse para conseguirlo, y querían más. Pero Jesús les invita y nos invita a ir más allá, a buscar el significado del signo...

Come de este pan, que el camino es largo. La primera lectura del domingo 19 del Tiempo Ordinario, ciclo "b", nos recuerda que el profeta Elías, el más grande de los profetas, que envió la sequía a Israel y después la lluvia, que hizo bajar fuego del cielo, que multiplicó la harina y el aceite, que resucitó un muerto..., sufrió un momento terrible de cansancio, de desánimo, de crisis, de depresión, hasta el punto de desearse la muerte.

El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna. Domingo 20 del Tiempo Ordinario, ciclo b. En la primera lectura, la Sabiduría de Dios nos invita a comer su pan y a beber su vino, a participar en el banquete que ella ha preparado para nosotros. En el evangelio, Jesucristo, que es la Sabiduría encarnada, nos explica lo que significan esas palabras proféticas: él es el pan de la vida y el cáliz de la salvación, que se entregan a nosotros como alimento en la eucaristía.

La crisis de fe de los discípulos. Domingo 21 del Tiempo Ordinario, ciclo b. Cuando Jesús concluyó el discurso del pan de la vida, la gente comentó: «Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?» y algunos lo abandonaron: «Muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él». Entonces, Jesús preguntó a sus seguidores más cercanos: «¿También vosotros queréis marcharos?». Y Pedro le respondió: «Señor, a ¿quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios».

- Mi carne es verdadera comida. Mientras cada uno de nosotros atraviesa su desierto personal, tenemos un alimento de inmortalidad: la Palabra y el Cuerpo de Jesús, que se nos regalan en la eucaristía. Nosotros creemos en su palabra y sabemos que él está realmente presente en el pan y en el vino consagrados: su cuerpo, su alma, su humanidad y su divinidad. Es Jesús resucitado el que se hace presente para nosotros y se nos entrega como alimento de vida eterna.

- La comunión con Jesucristo, pan de vida. Llamamos «comunión» al acto de recibir el pan eucarístico consagrado, el Cuerpo de Cristo. Aunque toda la misa nos pone en común-unión con Jesús, hemos de reconocer que el momento culminante es cuando Jesús mismo, bajo las especies del pan y del vino, entra sacramentalmente en nosotros...

- El pan de la eucaristía. El pan es «fruto de la tierra», obra de Dios, que la ha preparado durante millones de años para que llegara a ser morada de sus hijos. La semilla depositada en la tierra germina gracias al agua de la lluvia y al calor del sol. De alguna manera, en el pan está presente toda la creación: El sol, a la distancia exacta de la tierra para que pueda surgir la vida, el agua que fecunda la tierra, el ciclo de las estaciones, la semilla que germina en el momento oportuno…

- Significado del pan de la eucaristía. En la última cena, Jesús consagró el pan y el vino. En la cena pascual se utilizaban otros alimentos (verduras amargas, cordero, dulces...), pero Jesús solo tomó el pan y el vino para darles un sentido nuevo, muy concreto. Estos son los dones que la Iglesia presenta sobre el altar, en fidelidad a su Señor, que nos mandó: «Haced esto en conmemoración mía». En el pan y en el vino consagrados, se hace presente Jesús resucitado para ser nuestro alimento y compañero de camino. ¿Por qué eligió Jesús pan y vino para darnos su Cuerpo y su Sangre? El pan de trigo es el alimento fundamental en la cuenca mediterránea. El más barato, el más abundante y el más necesario... 

La eucaristía es acción de gracias y es memorial del amor de Dios. La eucaristía es memorial de la «entrega» de Cristo, anticipada sacramentalmente en la última cena, llevada a cumplimiento en la cruz y que manifiesta su sentido último en la resurrección. Esta es su primera característica: recordamos y actualizamos unos acontecimientos de la vida de Jesús: la última cena, su muerte y resurrección. Al mismo tiempo, en la eucaristía damos gracias a Dios Padre, por Cristo, en el Espíritu. Damos gracias al Padre, que nos regala a Jesús. Damos gracias a Jesús por el don de sí mismo. Damos gracias al Espíritu santo, que desciende sobre el pan y el vino para que Jesús se haga presente en ellos. Esta es su segunda característica.

Algunas canciones sobre estos textos del evangelio:

Un niño se te acercó aquella tarde, sus cinco panes te dio para ayudarte; los dos hicisteis que ya no hubiera hambre...

- Aquí hay un muchacho que solamente tiene cinco panes y dos peces; mas, ¿qué es eso para tanta gente?...

- Tú eres, Señor, el pan de vida. Canto de Brotes de Olivo.

- Ya no eres pan y vino. Música del ecuatoriano Jorge Luis Bohórquez.

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