sábado, 17 de diciembre de 2022

Material para el cuarto domingo de Adviento


Nos disponemos a celebrar el cuarto y último domingo de Adviento, que es la preparación inmediata para las fiestas navideñas. La figura principal, en la que fijamos nuestra mirada, es la Virgen María, modelo de fe y de esperanza activa, que prepara el camino para la venida del Señor.

María es modelo de esperanza en las promesas de Dios, que se cumplen siempre y es también fuente de nuestra esperanza, tal como rezamos en la Salve: «Vida, dulzura y esperanza nuestra, a ti clamamos». En ella pone su confianza el pueblo cristiano, sabiendo que nunca abandona a sus hijos.

He dedicado varias entradas a comentar la liturgia y características de este día. Pueden verlas a continuación:

- María, nueva arca de la nueva alianza. En el relato de la visitación de María a su prima Isabel, san Lucas presenta a María como la nueva arca de la nueva alianza. Los dones del Mesías serán la alegría y el Espíritu, la alegría por haber recibido el Espíritu. Aún no ha nacido el Mesías, pero –ante la presencia de María, la llena del Espíritu, la preñada del Mesías, la nueva arca de la nueva alianza– estos dones se reparten como un anticipo, una pregustación de lo que ha de suceder.

- La concepción virginal de Jesús. La concepción virginal de Jesús en el vientre de María recuerda el misterio de su origen: el Salvador no es fruto del esfuerzo de la humanidad, de su evolución; sino don de Dios. En el momento de su concepción, Jesucristo no empieza a existir en absoluto; solo empieza a existir como hombre, de una manera nueva. Pero Él es el "Emmanuel", "Dios-con-nosotros".

- Alégrate, María, llena de gracia. En el ciclo "b" se proclama el evangelio de la anunciación. En griego hay varias formas de saludar, pero no es normal dirigirse a otra persona con la expresión que aquí recoge el evangelio: «Jaire» (que significa «alégrate»). Si el ángel usa precisamente esta palabra es porque los profetas insistieron en que, cuando llegue el Mesías traerá la alegría al mundo.

- María se puso en camino y fue aprisa a la montaña. El evangelio (ciclo "c") presenta a María como modelo de fe, de acogida orante de la Palabra de Dios, y también de servicio, de atención a los demás. Las actitudes de María se convierten en el modelo que los cristianos deben seguir para vivir el Adviento y la Navidad: su fe, su silencio, su oración, su alabanza agradecida al Padre, su disponibilidad a la voluntad de Dios y al servicio.

- Jesús es Emmanuel. El evangelio (ciclo "a") habla de la anunciación a san José. El ángel le dijo que el niño que va a nacer de María es el Hijo de Dios, por eso lo llamarán JESÚS (que significa "Dios salva") y EMMANUEL ( que significa "Dios con nosotros"). Dios vino a nuestro encuentro, se hizo cercano en Jesús y se ha quedado para siempre entre nosotros. ¡A él sea la gloria por siempre!

- Con María acogemos a Jesús. Reflexión sobre Eva y María (algo muy común en los Padres de la Iglesia) escrito por san Ireneo de Lyon (130-202). Así como Eva fue seducida por un ángel para que se alejara de Dios, desobedeciendo su palabra, así María fue notificada por otro ángel de que llevaría a Dios en su seno, si obedecía su palabra. Y como aquélla fue inducida a no obedecer a Dios, así ésta fue persuadida a obedecerlo, y de esta manera la Virgen María se convirtió en abogada de la virgen Eva.

- María, Virgen del signo, más amplia que los cielos. A lo largo del Adviento ponemos nuestra mirada en María, Madre de la Esperanza, Virgen del Signo, en la que se cumple la promesa del profeta Isaías: “Dios os dará un signo: la virgen está encinta y dará a luz un hijo”  (Is 7,14). El icono que la representa es llamado "Platytera" (palabra que significa 'más ancha o amplia'), ya que un himno de la liturgia bizantina dice que María es “más amplia que los cielos, ya que contiene en su seno al que los cielos no pueden contener”.

- Preparamos la Navidad con María y José. En este cuarto domingo de Adviento, el evangelio nos relata los hechos que precedieron el nacimiento de Jesús, y el evangelista Mateo los presenta desde el punto de vista de san José, el prometido esposo de la Virgen María... Nos disponemos entonces a celebrar la Navidad contemplando a María y a José: María, la mujer llena de gracia que tuvo la valentía de fiarse totalmente de la Palabra de Dios; José, el hombre fiel y justo que prefirió creer al Señor en lugar de escuchar las voces de la duda y del orgullo humano. Con ellos, caminamos juntos hacia Belén...

Laudes para el cuarto domingo de Adviento. Con María y José nos preparamos para acoger al Señor, que viene a salvarnos.

- Ruega por nosotros, madre de la Iglesia. En este cuarto domingo de Adviento, vísperas de Navidad, invocamos a María, madre del Adviento, aurora de Jesús, esperanza de los cristianos, con este canto. 

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