Para conocer mejor a santa Isabel de la Trinidad, una de las místicas más profundas de los tiempos modernos, les invito a leer estas entradas, en las que hablo de ella y recojo textos suyos:
- 8 de noviembre. Santa Isabel de la Trinidad, o.c.d. Breve presentación de su vida y oraciones de la misa. Hoy recordamos a santa Isabel de la Trinidad. Nació cerca de Bourges (Francia), en 1880. Humilde y pura, dotada para la música y la poesía, de inteligencia despierta para percibir las belleza de la naturaleza y de la gracia, aprendió en la escuela de san Pablo, de santa Teresa de Jesús y de san Juan de la Cruz a vivir “el cielo en la tierra”, íntimamente unida a la Santísima Trinidad, de la que fue siempre “alabanza de gloria”...
- Santa Isabel de la Trinidad. A pesar de las dificultades objetivas que le tocó vivir, no cesó de dar gracias a Dios, porque su amor vale más que la vida: «tenemos que darle gracias siempre, pase lo que pase, pues Dios es amor y sólo sabe de amor […] ¿Qué podemos temer? Podrán llevarnos a la cárcel o a la muerte, pero no nos quitarán a Cristo» (Carta 168). En estos «tiempos recios» necesitamos la determinación y la valentía de santa Isabel. No sirven las medias tintas. Que ella interceda por nosotros. Amén.
- Sor Isabel de la Trinidad. Pensamientos tomados de sus escritos: "He hallado mi cielo en la tierra pues el cielo es Dios y Dios está en mi alma..."
- Los escritos de santa Isabel de la Trinidad. En esta entrada les recuerdo el título y los contenidos de sus escritos.
- Comentario a la Elevación de sor Isabel. Comienza con una invocación al Dios trinitario, eterno e inmutable, anterior al tiempo y trascendente al tiempo, que nos quiere introducir en su misterio. Continúa hablando con Cristo, Verbo encarnado por amor. Como fiel hija de santa Teresa de Jesús, sabe que todos los bienes nos han venido de la sacratísima humanidad de Cristo, por lo que es al primero que se dirige y al que dedica el párrafo más largo...
- Santa Isabel de la Trinidad. Déjate amar. Santa Isabel de la Trinidad (1880-1906) fue la discípula más aventajada de san Pablo y de san Juan de la Cruz en los primeros años del s. XX. Su mensaje es de sorprendente profundidad y absolutamente necesario en nuestros días, pues nos enseña el camino de la interioridad, nos introduce en el núcleo de la fe cristiana y nos enseña a vivir la santidad en la vida cotidiana, también en medio del mundo, siendo dóciles a las mociones del Espíritu Santo. El último de sus escritos se titula Déjate amar y es una especie de testamento...
- Sor Isabel: Despertémonos en el Amor. Vivir en el amor no significa hacer unas cosas u otras, sino realizar con amor y por amor nuestras obligaciones cotidianas: sor Isabel siendo fiel a su vocación contemplativa, su amiga cuidando de sus padres ancianos, un maestro educando niños, un enfermo dejándose cuidar. Lo importante es vivir en el amor de Dios desde la mañana hasta la noche, conscientes de que «en él vivimos, nos movemos y existimos» (Hch 17,28) y de que nada ni nadie nos puede separar de su amor (cf. Rom 8,35s).
- Actualidad de santa Isabel de la Trinidad. Su propuesta no es solo para los religiosos, sino para todos los cristianos, tal como ella misma afirma en numerosas ocasiones. De hecho, la mayoría de sus escritos se dirigen a seglares (a su madre, a su hermana, a varias amigas). Esta es la certeza que Isabel nos transmite: que Dios llama a todos a su amistad, que él ofrece a todos su amor y pide a todos por igual una respuesta amorosa, independientemente del propio estado de vida o de la vocación concreta a la que nos llame...
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