sábado, 19 de enero de 2019
Jesús transformó el agua en vino
Nos disponemos a celebrar el segundo domingo del Tiempo Ordinario, ciclo "c". No hay primer domingo del Tiempo Ordinario porque el tiempo de Navidad concluye con la fiesta del bautismo del Señor, y al día siguiente comienza la primera semana del Tiempo Ordinario. Por lo tanto, esta tarde comienza ya la segunda semana.
El evangelio de hoy recoge la escena de la transformación del agua en vino en las bodas de Caná. Como he hablado en varias ocasiones de este acontecimiento, a quienes quieran profundizar en el tema, les invito a leer estas entradas:
- Las bodas de Caná (1). En tiempos de Jesús había muchos ciegos, muchos paralíticos, muchos hambrientos; pero el evangelio de san Juan afirma claramente que, en las bodas de Caná, Jesús «realizó su primer signo» (Jn 2,11). Este milagro es, ante todo, un signo, que nos ayuda a comprender la identidad y la misión de Jesucristo; su «misterio». Y es el primero, que ofrece una clave de lectura a todo lo que viene después. Por eso tenemos que interpretarlo, para comprender su significado. Los profetas nos ayudan, porque hablan del pacto amoroso que Dios quiere realizar con su pueblo en los tiempos mesiánicos, presentándolo como un matrimonio.
- Las bodas de Caná (2). María solo aparece dos veces en el evangelio de san Juan: al principio (en la boda de Caná) y al final (a los pies de la cruz). En ambos casos Jesús la llama «mujer», porque está haciendo referencia al llamado «protoevangelio», al primer anuncio de salvación, realizado inmediatamente después del pecado original. Entonces, Dios dijo a la serpiente: «Pongo enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya. Ella te aplastará la cabeza cuando tú la muerdas en el talón» (Gén 3,15).
- Las bodas de Caná (y 3). En Caná se anuncia el verdadero banquete, en el que Cristo no transformará el agua en vino, sino el vino en su propia sangre. La Iglesia esposa, admirada, agradece a su Esposo que haya guardado el buen vino de su amor para el final (cf. Jn 2,10), para este tiempo nuevo que se ha inaugurado con su venida. El buen vino que, más tarde, brotará del costado de Cristo y se dará a la esposa como bebida espiritual.
- Jesús bailando. El mensaje de Jesús tiene que ver con el matrimonio (el amor) y con el vino (la fiesta). Es como una actualización del Cantar de los cantares. A muchos les gustaría un Jesús más solemne, que se manifiesta en el templo, entre nubes de incienso, pero él elige una boda, un banquete, un encuentro de amigos para festejar a unos recién casados...
- El desposorio entre Dios y los hombres. En el Antiguo Testamento, los profetas llamaron a Dios esposo de Israel. Dicen que Dios ama a su esposa (personificada en Jerusalén o Sión), a pesar de que esta es infiel en muchas ocasiones (de hecho, llaman adulterio a los pecados de idolatría). Dios la perdona y está dispuesto a darle un corazón nuevo, para que pueda amarle como él la ama (cf. Ez 36,26). El Cantar de los cantares es la mejor imagen de este amor. Los Salmos 19 [18] y 45 [44] retoman el argumento, que alcanzará gran importancia en el judaísmo, hasta el punto de que la Torá es adornada como una esposa en su día de bodas, con telas bordadas, coronas, joyas y flores. El rabino la abraza e incluso baila con ella, antes de leerla, prefigurando la fiesta del desposorio de Dios con su pueblo...
- Le Nozze di Cana. Alle nozze di Cana, Gesù "ha fatto il suo primo segno" (Gv 2,11). Isaia, nella prima lettura della Messa, ci aiuta a capire il suo significato, quando parla dei tempi messianici e del patto d'amore che Dio ha fatto con il suo popolo: “Nessuno ti chiamerà più Abbandonata, né la tua terra sarà più detta Devastata, ma tu sarai chiamata Mio compiacimento e la tua terra, Sposata, perché il Signore si compiacerà di te e la tua terra avrà uno sposo. Sì, come un giovane sposa la sua fidanzata, così ti sposerà il tuo architetto; come gioisce lo sposo per la sposa, così il tuo Dio gioirà per te”. (Is 62, 4-5)...
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