martes, 12 de marzo de 2024

Santa María de Ujué


El próximo sábado, si Dios quiere, participaré en la "javierada" con los jóvenes de la diócesis de Osma-Soria. Cada año, los dos primeros fines de semana de marzo, miles de jóvenes se dan cita en el castillo de Javier (lugar donde nació san Francisco Javier, patrón de las misiones con santa Teresita del Niño Jesús). El sábado pasado fueron unos 4800 y el domingo pasado, unos 5600.

El año 2023 participaron 330 sorianos, encabezados por el señor obispo y la delegada de enseñanza y juventud, provenientes de El Burgo de Osma, San Leonardo, Soria, Navaleno, Cabrejas, Covaleda, Duruelo, Ágreda, Ólvega y Almazan. Este año se espera un número similar.

Algunos grupos caminan durante varios días. Nosotros vamos en autobús hasta Sangüesa y caminamos los últimos 8 km. del recorrido.

El año pasado, los sorianos visitaron Sos del Rey Católico antes de comenzar la caminata desde Sangüesa hasta Javier. Este año visitaremos Santa María de Ujué. A partir de las 3 tarde, a lo largo de los 8 km. que separan Sangüesa del castillo de Javier, los peregrinos rezan el vía crucis. El encuentro concluye con la eucaristía a las 5 de la tarde.


El nombre de Ujué es una evolución de la palabra vasca Uxua, que significa paloma, ya que un pastor vio una paloma entrando y saliendo de una cueva. Movido por la curiosidad, se acercó a ver qué había dentro y halló la imagen de la Virgen. En el lugar se construyó una ermita y alrededor surgió el pueblo. A pesar del importante patrimonio histórico que conserva y de los numerosos turistas que lo visitan, en el pueblo hoy viven menos de 200 habitantes.


La iglesia-fortaleza de santa María la real de Ujué tiene una historia muy dilatada en el tiempo. Primero se edificó un pequeño templo en el siglo IX, que se amplió en el siglo XI. De esa época son los tres ábsides, una torre y la imagen de la Virgen María. Sin embargo, la presencia humana en ese cerro es mucho más antigua. En las excavaciones arqueológicas han aparecido restos de la Edad del Hierro, romanos y altomedievales.


Ábside central y presbiterio. Románico del siglo XII.


La bellísima imagen de la Virgen, del siglo XI, fue recubierta con un vestido de plata adornado con piedras y esmaltes en el siglo XIV. 


Corazón de Carlos II de Navarra, el rey que mandó hacer el vestido de plata a la Virgen y la ampliación gótica del edificio. En su testamento mandó que su cuerpo fuera enterrado en Pamplona y su corazón junto a la Virgen de Ujué. Se conserva allí desde el año 1387.


El resto del edificio actual es del siglo XIV y supone una maravillosa muestra de santuario-fortaleza, con camino de ronda recorriendo el perímetro del templo y torres almenadas.


El templo conserva una bellísima fachada gótica, con representación de la Última Cena y de la adoración de los Magos en el tímpano, además de relieves alusivos a la vendimia, animales y escenas bíblicas.


En el tímpano, a un lado de la Virgen con el Niño están los tres Magos de Oriente sonriendo y al otro lado hay una figura arrodillada. Parece ser el rey Carlos II, que mandó hacer el edificio.


Impresionante capitel que representa al leviatán devorando a un condenado.


Adán y Eva cubriéndose después del pecado, representados en sendos capiteles góticos.


A los pies del templo, en el sotocoro, se conserva esta magnífica pila bautismal de estilo románico, con interesantes relieves, proveniente de Benegorri.


Crucifijo del siglo XVI en un retablo con imágenes del siglo XVII.


Hermoso púlpito y tornavoz barrocos de la iglesia de Santa María de Unjué, profusamente decorados.


En el coro hay una sillería con 23 asientos finamente labrados con escenas de la vida de la Virgen y rocallas de estilo rococó. El facistol es del siglo XVII y la sillería, del XVIII.


Interior de la casa abacial, edificio gótico hoy adaptado a espacio museográfico. La iglesia y su entorno han sido totalmente restaurados en los últimos años, invirtiendo el gobierno foral de Navarra y otras instituciones unos seis millones de euros.


Restos de la antigua ermita románica de san Miguel.


Cada año, los domingos de abril y mayo, desde los 18 pueblos cercanos, numerosos vecinos acuden en romería al santuario, vestidos con túnicas negras y llevando cruces. Parece ser que estas romerías vienen celebrándose ¡desde el año 1043!

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