Pues sois de nuestro consuelo
el medio más poderoso,
sed nuestro amparo amoroso
Madre de Dios del Carmelo (bis).
Desde que en la nubecilla,
que sin mancha os figuró,
de Virgen Madre adoró
Elías la maravilla,
a vuestro culto capilla
erigió en primer modelo.
Tan primeros para vos
los hijos de Elías fueron
que por timbre merecieron
ser “de la Madre de Dios”.
Título es este que Dios
les dio a su heredado anhelo.
Pues sois de nuestro consuelo
el medio más poderoso,
Sed nuestro amparo amoroso
Madre de Dios del Carmelo (bis)
Por ello vos honras tantas,
Señora, al Carmelo hicisteis
que, viviendo, le asististeis
mil veces con vuestras plantas;
con vuestras palabras santas
doblaste su antiguo celo.
Del Carmelo descendieron
de Elías los seguidores
y en la Iglesia coadjutores
de los apóstoles fueron;
del evangelio esparcieron
la verdad por todo el suelo.
Pues sois de nuestro consuelo
el medio más poderoso,
Sed nuestro amparo amoroso
Madre de Dios del Carmelo (bis).
Vuestro escapulario santo
escudo es tan verdadero,
que no hay plomo ni hay acero
del que reciba quebranto;
Puede, aunque es de lana, tanto
que vence al fuego y al hielo.
Flores de vuestro Carmelo
son la variedad de santos,
profetas, mártires tantos,
vírgenes y confesores,
pontífices y doctores,
que hacen vuestro Monte Cielo.
Pues sois de nuestro consuelo
el medio más poderoso,
Sed nuestro amparo amoroso
Madre de Dios del Carmelo (bis).
Dando culto a vuestro honor
durará siempre el Carmelo,
porque así lo alcanzó el celo
de Elías, su fundador:
cuando Cristo, en el Tabor,
mostró su gloria sin velo.
Pues sois de nuestro consuelo
el medio más poderoso,
Sed nuestro amparo amoroso
Madre de Dios del Carmelo (bis).
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