jueves, 25 de septiembre de 2025

Vuestra soy, para vos nací. Santa Teresa de Jesús


Canto tomado del disco "Vivo sin vivir en mí", publicado por Paulinas en 1982 y reeditado en 2015. Música de Ángel Barja para este precioso poema —breve y repetitivo, como una jaculatoria— que expresa con una claridad radical la entrega total de la santa a la voluntad de Dios. 

El estribillo “Vuestra soy, para vos nací: ¿qué mandáis hacer de mí?” funciona a la vez como confesión y como pregunta abierta. No es mera retórica, es disponibilidad. 

Las estrofas intercalan pares de contrastes (muerte/vida, honra/deshonra, riqueza/pobreza, infierno/cielo) que van escalando la tensión: no se trata solo de aceptar las circunstancias favorables, sino también lo adverso: lo que Dios quiera, cuando Dios quiera y como Dios quiera. 

La repetición del “vuestra” y el ritmo de las enumeraciones crean una musicalidad cercana al rezo, a la letanía. Efectivamente, estamos ante una plegaria compuesta para ser cantada.

El mensaje es la total disponibilidad a la voz de Dios. “Vuestra soy” no es servilismo sino amor hasta las últimas consecuencias: entrega que libera, porque quien se da ya no está poseído por su propio querer. 

La pregunta “¿qué mandáis hacer de mí?” transforma la obediencia en una oferta creadora: la criatura pide ser moldeada por el Amado. 

Los contrastes extremos subrayan la absoluta indiferencia afectiva ante bienes y males, no por insensibilidad, sino por amor que confía plenamente en la sabiduría y amor divinos. 

En este poema hay una profunda paradoja: la plena entrega es la forma más radical de libertad humana. Aquí se condensa la esencia de la mística teresiana.

Es una oración que enseña a responder con disponibilidad a la vocación concreta en el día a día. Su lenguaje sencillo y su insistencia rítmica lo hacen útil tanto para la meditación personal como para ser cantado comunitariamente. 

Vuestra soy, para vos nací: 
¿qué mandáis hacer de mí?

Vuestra soy pues me criasteis,
vuestra pues me redimisteis;
vuestra, pues que me sufristeis,
vuestra pues no me perdí.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Vuestra soy, para vos nací: 
¿qué mandáis hacer de mí?

Dadme muerte, dadme vida,
dad salud o enfermedad;
honra o deshonra me dad,
dadme guerra o paz crecida.
que a todo digo que sí.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Vuestra soy, para vos nací: 
¿qué mandáis hacer de mí?

Dadme riqueza o pobreza,
dad consuelo o desconsuelo;
dadme infierno o dadme cielo,
pues del todo me rendí.
¿Qué mandáis hacer de mí?

Vuestra soy, para vos nací: 
¿qué mandáis hacer de mí?

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