sábado, 16 de diciembre de 2023

Domingo 3 de Adviento: El Señor es nuestra alegría


El tercer domingo de Adviento, ciclo "b", en la primera lectura se proclama un pregón lleno de optimismo, tomado del libro del profeta Isaías (capítulo 61): «Desbordo de gozo en el Señor, me alegro con mi Dios». 

La alegría no es solo para el profeta. El texto añade: «Dios me ha enviado para dar la Buena Noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados, para proclamar a todos el año de gracia del Señor».

El profeta se compara a sí mismo y a los anunciadores de la buena noticia de la salvación con unos novios vestidos de fiesta, perfumados y enjoyados. Esta imagen la retomó Jesús, que se presentó con el novio que nos invita al banquete de bodas, donde hay comida y bebida en abundancia, música y baile. 

En el salmo responsorial repetimos las palabras de la Virgen María en el magníficat: «Se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador... Me alegro en el Dios que me salva, cuya misericordia llega a sus fieles de generación en generación». 

También san Pablo, en la segunda lectura (1Tes 5,16-24) invita a la fiesta y a la alegría: «Estad siempre alegres, porque el que os ha llamado es fiel y cumplirá sus promesas». 

Este es el anuncio del Adviento, de la Navidad y del cristianismo en general: Dios nos ha amado desde antes de la creación del mundo y viene a nuestro encuentro para manifestarnos su cercanía y su amor. Esta buena noticia despierta en nosotros el gozo y el agradecimiento. Con razón este domingo es llamado «de gaudete», de la alegría.

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