viernes, 14 de noviembre de 2025

Retablo de santa Teresita en el Carmen de Soria


De los nueve retablos de la iglesia del Carmen en Soria, los más antiguos son el del altar mayor, san Juan de la Cruz (a la derecha del presbiterio), santa Teresita (que antiguamente estaba dedicado a la presentación de María en el templo de Jerusalén, a la izquierda del presbiterio), santa Teresa de Jesús y el de san Joaquín. Los cinco son del siglo XVII. 

Los de san José, santa Ana y el Niño Jesús de Praga son del s. XVIII y el de Jesús crucificado del s. XX. 

Hoy veremos en detalle el retablo de santa Teresa del Niño Jesús o de Lisieux, realizado según el estilo del primer barroco castellano, contenido y clasicista, que buscaba un equilibrio entre la monumentalidad y la sobriedad, en contraposición al barroco exuberante de otras zonas, que se terminó imponiendo en el siglo siguiente.

Presenta una composición arquitectónica clásica de un solo cuerpo y ático, flanqueado por columnas estriadas y una predela o banco. La verticalidad y la proporción son claves.

Es una obra en madera, decorada con pan de oro y con elementos estofados (técnica de raspar la pintura superficial para dejar ver el oro subyacente) para añadir riqueza y relieve a la decoración.


El cuadro central representa a santa Teresita de rodillas, rodeada de azucenas (símbolo de la virginidad) y de rosas (imagen de los favores que derrama desde el cielo). En sus manos tiene un libro abierto con el Niño Jesús y la Santa Faz, que son sus apellidos religiosos. El cuadro es posterior a 1925, año de la canonización de santa Teresita.


Antiguamente, en su lugar estaba este cuadro barroco de la presentación de María en el templo, que ahora se encuentra sobre la puerta de la sacristía.


En el ático del retablo se conserva este precioso cuadro de la visitación de María a su prima Isabel. A la izquierda están san Zacarías y santa Isabel (padres de Juan Bautista). A la derecha están María y José.


A derecha e izquierda del "cuerpo" superior se encuentran estas preciosas "orejeras" (la evolución de los antiguos "guardapolvo"), típicamente barrocas, rematadas por unas cabezas sonrientes. Estas suponen un detalle de corte más popular y expresivo, que contrasta con la seriedad del conjunto, aportando un toque de simpatía al conjunto.


En el "cuerpo" central, a los lados de las columnas hay una magnífica decoración "a candelieri", de clara inspiración renacentista, que consiste en motivos vegetales, entre los que se esconden algunas aves, dispuestos vertical y simétricamente, recordando a un candelabro o la "grutesca" romana.


Parecida es la decoración de la "predela" o banco del retablo.


En el centro de la predela, la puerta del antiguo sagrario está decorada con un pelícano que alimenta con su sangre a sus polluelos, imagen de Jesús-eucaristía. Es una alegoría muy común en el arte cristiano, especialmente en los sagrarios, donde se guarda el Santísimo Sacramento. El hecho de que sea la parte más deteriorada habla de su uso constante y su centralidad litúrgica a lo largo de los siglos.


Esta es la imagen original, restaurada con IA.


Los cuadros de los dos cuerpos están rematados por florones muy elaborados y finamente "estofados".


El altar está decorado por un escudo de santa Teresita pintado sobre otra decoración más antigua.

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