sábado, 10 de octubre de 2015

Novena a santa Teresa de Jesús. Día 5º Santa Teresa y la Iglesia

 

Oración preparatoria para todos los días. Dios Padre nuestro, que por medio de tu Espíritu Santo has suscitado a santa Teresa de Jesús para enseñar a tu Iglesia el camino de la perfección; concédenos alimentarnos siempre con su celestial doctrina, para que crezca en nosotros el deseo de la verdadera santidad. Tú nos ofreces el ejemplo de su vida y la ayuda de su intercesión, para que animados por el testimonio gozoso de su experiencia, sigamos sin desfallecer el camino que ella nos señaló. Padre de misericordia, concédenos tu Espíritu para que podamos seguir las huellas de la Santa y gozar con ella de la Vida verdadera. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Reflexión. Es bien conocido por todos el amor a la Iglesia de santa Teresa. En la hagiografía teresiana han quedado como eslogan espiritual las últimas palabras que la Santa pronunció antes de morir: “Al fin, Señor, muero hija de la Iglesia”. Son palabras que revelan, en la hora de la muerte, su confianza absoluta por sentirse vinculada por la fe y el bautismo a la Iglesia, en un momento de cismas y herejías. Pero, a la vez, son palabras que nos descubren que su amor a la Iglesia fue el secreto de su infatigable actividad. Su servicio eclesial no terminó con su muerte; ella sigue iluminando con sus escritos y con su ejemplo de vida los caminos de la Iglesia peregrina.

Invocaciones. Santa Madre Teresa, que nos has dejado como herencia el amor a la Iglesia y el deseo de servirla, - conserva y aumenta en nuestras vidas la comunión con el papa y con todos los miembros de la Iglesia.

Santa Madre Teresa, que estás presente en la literatura universal, honrando a la Iglesia, - enseña a todos tus lectores que Dios es alegría y que solo basta Dios.

Santa Madre Teresa, que sufriste el desgarro de la reforma protestante, - abre caminos de unidad en la Iglesia de hoy

Poema. Alma, buscarte has en Mí,
y a Mí buscarme has en ti.

De tal suerte pudo amor,
alma, en mí te retratar,
que ningún sabio pintor
supiera con tal primor
tal imagen estampar.

Fuiste por amor criada
hermosa, bella, y así
en mis entrañas pintada,
si te perdieres, mi amada,
Alma, buscarte has en Mí.

Que yo sé que te hallarás
en mi pecho retratada,
y tan al vivo sacada,
que si te ves te holgarás,
viéndote tan bien pintada.

Y si acaso no supieres
dónde me hallarás a Mí,
No andes de aquí para allí,
sino, si hallarme quisieres,
a Mí buscarme has en ti.

Porque tú eres mi aposento,
eres mi casa y morada,
y así llamo en cualquier tiempo,
si hallo en tu pensamiento
estar la puerta cerrada.

Fuera de ti no hay buscarme,
porque para hallarme a Mí,
bastará solo llamarme,
que a ti iré sin tardarme
y a Mí buscarme has en ti.

Oración final para todos los días. Teresa de Jesús, escucha nuestra oración. Llegue hasta Dios la acción de gracias de la Iglesia por lo que has sido y has hecho, y también por lo que todavía haces y harás por el Pueblo de Dios, que te honra como maestra y doctora espiritual. Sea Dios nuestro Señor por siempre bendito y alabado en ti. Amén. Santa Teresa de Jesús, ruega por nosotros.

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