lunes, 11 de septiembre de 2023

Saludos desde Fátima


Hace pocas semanas estuve en Fátima, en compañía de un grupo de peregrinos, con los que recorrí algunos lugares relacionados con santa Teresa de Jesús y santuarios, además de participar en la JMJ de Lisboa. Hoy estoy de regreso a este precioso lugar para predicar los ejercicios espirituales a la comunidad de las madres carmelitas descalzas, que son 17 (la mayoría jóvenes), 4 de ellas en formación. 

En el año 1917, tres pastorcitos (Lucía, Francisco y Jacinta) tuvieron aquí una visión de la Virgen, que les preguntó: «¿Queréis ofreceros a Dios?, ¿queréis cumplir su voluntad?, ¿queréis colaborar con él para salvar almas?»

Es hermoso pensar que Dios nos pide si queremos colaborar con él, si queremos cumplir su voluntad, si nos fiamos de él. Es más o menos lo que el ángel Gabriel preguntó a la Virgen María. Ella dijo que sí. Los pastorcitos de Fátima, también. ¿Y yo? Muchas veces digo que quiero que se cumpla la voluntad de Dios en mi vida, que solo quiero lo que él quiera... aunque en ocasiones se me olvida y le doy la espalda.

Pero no solo se apareció la Virgen María en Fátima. También lo hizo un ángel, que enseñó estas oraciones a los tres pastorcitos: 

«Dios mío, yo creo en ti, te adoro, espero en ti y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman».

«Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, os adoro profundamente y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Jesucristo, presente en todos los sagrarios de la tierra, en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que él mismo es ofendido. Y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón y del Corazón Inmaculado de María, os pido la conversión de los pobres pecadores».

Les pongo algunas fotos de este lugar. Feliz día a todos.

El santuario desde un dron. En primer plano está la basílica del Rosario desde atrás. Delante, la gran explanada. A la derecha, la capilla de las apariciones; a la izquierda, el museo; al fondo, la basílica subterránea de la Santísima Trinidad.

La capilla construida sobre el lugar de las apariciones.

La zona detrás de la capilla donde arden continuamente miles de velas ofrecidas por los peregrinos.

La procesión nocturna con las velas mientras se canta el rosario.

Interior de la basílica del Rosario (la más antigua).

Las tumbas de santa Jacinta Marto y de la hermana Lucía en la basílica primitiva, dedicada la Nuestra Señora del Rosario.

La escultura de la pastorcita sobre su tumba.

Fotografía de la hermana Lucía.

La tumba de san Francisco Marto en la basílica primitiva.

La escultura del pastorcillo sobre su tumba.

El exterior de la nueva basílica de la Santísima Trinidad. Solo se ve la parte superior, porque la mayor parte está bajo tierra.

El interior de la enorme basílica de la Santísima Trinidad.

Imagen de mármol de la Virgen en el presbiterio de la basílica de la Trinidad.

Detalle de los mosaicos.

En las capillas subterráneas hay espacios para las confesiones, para la adoración del Santísimo, para exposiciones temporales, para encuentros y celebraciones de grupos... En un atrio está esta escultura. Al acercarte, ves reflejada tu cara en el espejo que hay en el centro del corazón de María.

Monumento en mármoles de colores a los partorcillos en una rotonda.

Esculturas de bronce en la rotonda de los peregrinos.

La casa donde nació y vivió la hermana Lucía con su familia.

La casa donde nacieron y vivieron los hermanos Francisco y Jacinta, primos de Lucía.

El convento de los padres carmelitas descalzos, detrás de la capilla de las apariciones. Aquí me alojo estos días.



Estas tres pinturas, que representan a la Virgen del Carmen amparando a frailes, monjas y seglares de la Orden, se encuentran en uno de los pasillos.

Presbiterio de la capilla principal del centro de espiritualidad Domus Carmeli desde el coro.

Imagen de la Virgen del Carmen en la capilla principal de la casa Domus Carmeli.

Imagen de Jesucristo en la capilla principal de la casa Domus Carmeli. Perteneció al primer convento de carmelitas descalzas en Portugal, fundado por María de San José, compañera de santa Teresa de Jesús, una de sus hijas muy amadas. Cuenta la tradición que habló a esta hermana en unos momentos de persecución que tuvo. Hoy está en el convento de los frailes en Fátima.

Esta es la pequeña capilla en la que reza la comunidad de los frailes.

Jardines de la Domus Carmeli, apropiados para la oración silenciosa en la naturaleza.

La iglesia del convento de las madres carmelitas descalzas, muy cerca de la capilla de las apariciones.

La comunidad de las hermanas en el locutorio, atendiendo a algunos visitantes.

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